Para mí la poesía debe
ser útil.
Debe lograr el objetivo de ser manoseada, cantada,
contada, secuestrada.
Yo concibo este oficio así, como una modista que trabaja
en su casa, puntada tras puntada, para luego ver el vestido en un cuerpo ajeno
camino del trabajo.
Es un oficio solitario, amargo muchas veces, ajeno a ese
mundo paralelo donde se mezclan egos, premios, editoriales.
Yo no deseo eso para mis versos.
No quiero para ellos un destino privilegiado. Los quiero sucios y efímeros.
Guardados en los bolsillos de los republicanos, en las asambleas, escritos en los cuadernos, en las paredes, en
la memoria de quien los lee y le sirven para poner nombre a sus dolores.
Mis poemas no son nada si los pueblos no tuvieran la
urgencia de vivir a pleno pulmón, respirando justicia por todos sus costados.
Mis poemas no son nada, no sirven de nada, si estos
retales de palabras que hilvano casi sin luz, no los viera, de vez en cuando,
pasearse por la acera de enfrente hechos jirones, remendados, dando con su
aliento un poco de calor a los corazones tozudos y soñadores que aùn creen que es posible ser libres.
Hola Silvita. Te busca don Nobel. Prepárate nada más a abofetearlo con tu texto. Besotes.
ResponderEliminarquè risa, Normita, pero es que tanto tú como yo llevamos siempre la bofetada preparada, je, je¡
EliminarGenial!!! Y no sabes como agradecemos, que nos permitas manosear y disfrutar tus lindas palabras.
ResponderEliminarOtro corazón tozudo,el mio, tiene que escribirte para darte las gracias por tus versos.Hay días que tengo que rebuscar en mis bolsillos tus poemas para poder seguir andando .Cuando los encuentro sé que tengo entre mis manos ese aliento necesario.Tenía que decirtelo.
ResponderEliminaroh, què bonito lo que dices, gracias, de corazòn. Un abrazo.
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