Viñeta de Kalvellido
Vaya por delante que admiro al sindicato andaluz de trabajadores, tanto como admiro cualquier lucha integrada por personas de una sola pieza.
.Pero huele raro que los medios de comunicación, portavoces de la víscera y del dolor, fabricantes del atontamiento en serie pongan en el centro de la diana a Gordillo o a Cañamero para que hablen con su voz clara.
Sería ingenuo, además de estúpido, pensar que apoyan sus acciones, está claro que se ríen como se rìen muchos parlamentarios cuando escuchan decir que la tierra no es de nadie.
Es decir que un puñado tome el pan y la hacienda se la menea.
Entonces, ¿por qué les ceden la silla, porque ponen en evidencia la falta de rigor periodístico de sus colaboradores? ¿Qué sentido tiene dejar que fluyan esas palabras libertarias en medio de tanta mierda informativa?
No lo entiendo.
Comprendo que el sindicato utilice todas las herramientas que se ponen a su disposición pero el oficio de los grandes medios de comunicación, es silenciar esto, mantener a la gente quieta, dar respuestas fáciles, dirigidas a esa parte del corazón que se conmueve pero nunca se rebela.
¿Y entonces?, ¿qué sucede?, ¿Cuál es el propósito?
¿Por qué ahora y no antes?
Que yo sepa, el SAT, lleva mucho tiempo resistiendo.
Que yo sepa, la desobediencia se hace también desde hace tiempo en muchos pueblos y ciudades, sin lograr esta cobertura casi mágica.
Por eso digo; algo no estoy entendiendo.
Estaría más tranquila si esto apenas hubiera sido dicho entre líneas, si la obstinaciòn del SAT por la justicia no hubiera sido presentada entre aplausos, casi como si fueran mesías.
Ojalá la sobrada inteligencia del sindicato andaluz de trabajadores, sepa ir un paso por delante y aprovechar esta oportunidad mediática con la suficiente astucia.
Cruzo los dedos para que así sea.
viernes, 31 de agosto de 2012
miércoles, 29 de agosto de 2012
Serà
Viñeta de Kalvellido
Será que han inventado un hombre nuevo, una mujer nueva, que aprendió por la fuerza a comer polvo y estrellas.
Será que la gente es capaz de malmorir con las deudas y esta pobreza que aumenta.
Será que con tanta mano dura y tanta vigilancia extrema las rodillas ya ni nos tiemblan.
Será que el corazón no puede dar rienda suelta a sus ideas, porque un corazón libre es sementera, es arteria, es furiosa vida, vida a manos llenas.
Será que la indiferencia es el lugar de los mutilados de conciencia.
Será que las palabras no abrazan, que los ojos son tuertos, que los labios besan labios yermos.
Será que la barbarie siempre anduvo entre nosotros, desde el parto hasta la sepultura, acosando la alegría y las canciones, las banderas y por qué no decirlo, azotando la humanidad entera.
Será que la precaria empatía de los gobiernos, su costumbre de apedrear el hueso y las proclamas persiguen el fin último de la infamia.
Será que este es el desafío de la historia, encontrar manos firmes que labren un mañana de primaveras.
Sin urnas ni democracias que bendigan calaveras.
Será que han inventado un hombre nuevo, una mujer nueva, que aprendió por la fuerza a comer polvo y estrellas.
Será que la gente es capaz de malmorir con las deudas y esta pobreza que aumenta.
Será que con tanta mano dura y tanta vigilancia extrema las rodillas ya ni nos tiemblan.
Será que el corazón no puede dar rienda suelta a sus ideas, porque un corazón libre es sementera, es arteria, es furiosa vida, vida a manos llenas.
Será que la indiferencia es el lugar de los mutilados de conciencia.
Será que las palabras no abrazan, que los ojos son tuertos, que los labios besan labios yermos.
Será que la barbarie siempre anduvo entre nosotros, desde el parto hasta la sepultura, acosando la alegría y las canciones, las banderas y por qué no decirlo, azotando la humanidad entera.
Será que la precaria empatía de los gobiernos, su costumbre de apedrear el hueso y las proclamas persiguen el fin último de la infamia.
Será que este es el desafío de la historia, encontrar manos firmes que labren un mañana de primaveras.
Sin urnas ni democracias que bendigan calaveras.
miércoles, 22 de agosto de 2012
No nos tienen ningùn miedo
Viñeta de Kalvellido
No nos tienen miedo, por eso diezman nuestra paupérrima riqueza.
Los dolores discurren inteligentes cada uno por su lado, como si el empobrecimiento fuera un empleo para el que todos postulamos.
Y mientras se reparten nuestros míseros salarios, se reúnen para brindar por lo bien que va el desfalco y nos enseñan las copas vacías pa que las llenemos, aunque sea con coágulos.
Si nos tuvieran miedo, algo, nada más que un poco temerían algún castigo, alguna pedrada, quizá un juicio, quizá la cárcel, quizá el destierro pero se exhiben risueños, impúdicos, abrigados por la impunidad que alimenta este siglo.
Pero, ¿Quiénes son los que deberían temblar al ver que somos tantos?
¿Quiénes son los que desconocen el amor, la empatía, la ternura?, ¿los que se desentienden del harapo y del desahucio? ¿Los que celebran el rastro de horror que van dejando?
¿De qué carne están hechos que ni siquiera se estremecen al escuchar los gritos limpios?
¿Quiénes son los que nos obligan a pagar a escote sus timos y ni disimulan ni esconden sus delirios?
Está claro, sabemos sus nombres, sabemos que el terror lo fabrican desde dentro, desde sus paraísos obscenos, sabemos que no van a temernos si no aullamos todos como un hombre solo, como una mujer sola que pone en riesgo su vida para evitar una existencia donde la humanidad se postra y claudica.
Sólo así, inmensos, dignos, erguidos como un sólo mundo, escribiremos la última palabra y pondremos a cada cual en su sitio.
No nos tienen miedo, por eso diezman nuestra paupérrima riqueza.
Los dolores discurren inteligentes cada uno por su lado, como si el empobrecimiento fuera un empleo para el que todos postulamos.
Y mientras se reparten nuestros míseros salarios, se reúnen para brindar por lo bien que va el desfalco y nos enseñan las copas vacías pa que las llenemos, aunque sea con coágulos.
Si nos tuvieran miedo, algo, nada más que un poco temerían algún castigo, alguna pedrada, quizá un juicio, quizá la cárcel, quizá el destierro pero se exhiben risueños, impúdicos, abrigados por la impunidad que alimenta este siglo.
Pero, ¿Quiénes son los que deberían temblar al ver que somos tantos?
¿Quiénes son los que desconocen el amor, la empatía, la ternura?, ¿los que se desentienden del harapo y del desahucio? ¿Los que celebran el rastro de horror que van dejando?
¿De qué carne están hechos que ni siquiera se estremecen al escuchar los gritos limpios?
¿Quiénes son los que nos obligan a pagar a escote sus timos y ni disimulan ni esconden sus delirios?
Está claro, sabemos sus nombres, sabemos que el terror lo fabrican desde dentro, desde sus paraísos obscenos, sabemos que no van a temernos si no aullamos todos como un hombre solo, como una mujer sola que pone en riesgo su vida para evitar una existencia donde la humanidad se postra y claudica.
Sólo así, inmensos, dignos, erguidos como un sólo mundo, escribiremos la última palabra y pondremos a cada cual en su sitio.
domingo, 19 de agosto de 2012
El parto
Viñeta de Kalvellido
Están pariendo un monstruo
que sin haber nacido
mastica a dos carrillos
nuestra carne en carne viva.
Están pariéndolo sin dolor,
sin anestesia
como si todas las vidas, todas,
le debieran la piel, la hiel, las vísceras.
.
Y está naciendo, lo sabemos,
porque el silencio es un ruido de cucharas vacías,
porque los idiotas arrancan de cuajo la esperanza y sus poemas,
porque morimos a ratos en calles que hace tiempo dejaron de estar limpias,
porque nos empujan, golpe a golpe,
sin pan sin fruto,
hacia el abismo.
Porque crecen los suicidios y la pobreza resucita anemia, toses, caries.
Porque abunda el llanto y
el “que se jodan”, que ya somos bastantes.
Porque existe un arsenal de gente con las costillas quebradas,
de gente que trabaja por menos de nada
de gente que envejece sin paga.
Por esto y por más sabemos que están pariéndolo
pero disculpen ahora
que deje a medias estos versos
debo marcharme,
no tengo tiempo,
me esperan
para abortar el engendro.
Están pariendo un monstruo
que sin haber nacido
mastica a dos carrillos
nuestra carne en carne viva.
Están pariéndolo sin dolor,
sin anestesia
como si todas las vidas, todas,
le debieran la piel, la hiel, las vísceras.
.
Y está naciendo, lo sabemos,
porque el silencio es un ruido de cucharas vacías,
porque los idiotas arrancan de cuajo la esperanza y sus poemas,
porque morimos a ratos en calles que hace tiempo dejaron de estar limpias,
porque nos empujan, golpe a golpe,
sin pan sin fruto,
hacia el abismo.
Porque crecen los suicidios y la pobreza resucita anemia, toses, caries.
Porque abunda el llanto y
el “que se jodan”, que ya somos bastantes.
Porque existe un arsenal de gente con las costillas quebradas,
de gente que trabaja por menos de nada
de gente que envejece sin paga.
Por esto y por más sabemos que están pariéndolo
pero disculpen ahora
que deje a medias estos versos
debo marcharme,
no tengo tiempo,
me esperan
para abortar el engendro.
lunes, 13 de agosto de 2012
PreS.O.S.
Viñeta de Kalvellido
A este gobierno de verdugos le debe parecer pecata minuta que un preso político con una enfermedad grave, haya iniciado una huelga de hambre.
Su rigidez, su política rencorosa, su despotismo, su mirada oblicua e interesada, sus rebuznos, tienen ahora en la cuerda floja, otra vez, una vez más a un colectivo que lleva sufriendo demasiados años.
Y no es que se pidan favores, ni la compasión de los religiosos, ni solidaridad con un ser humano que es experto en dolores.
Se pide solamente que se cumpla la ley, su ley, la ley que enfundan y desenfundan, que tergiversan, que olvidan o recuerdan según convenga.
Esa ley selectiva, con letra grande y pequeña, rubricada a golpes, machacada con picanas, perseguida con dispersiones, esa ley nada neutral que coloca por cojones a la gente entre rejas aunque estén enfermos, aunque se mueran, aunque su delito sean las ideas.
Y este gobierno intolerable por más tiempo, baja el pulgar y se hace el longuis mientras el ayuno debilita y se suman más cuerpos de fuera o de dentro de las prisiones.
Ustedes fabrican horror, lo exportan a nuestros pueblos, y creen que claudicaremos.
Pero las calles están dispuestas, la rabia a manos llenas.
Está en juego la vida, esa vida que tanto desprecian.
A este gobierno de verdugos le debe parecer pecata minuta que un preso político con una enfermedad grave, haya iniciado una huelga de hambre.
Su rigidez, su política rencorosa, su despotismo, su mirada oblicua e interesada, sus rebuznos, tienen ahora en la cuerda floja, otra vez, una vez más a un colectivo que lleva sufriendo demasiados años.
Y no es que se pidan favores, ni la compasión de los religiosos, ni solidaridad con un ser humano que es experto en dolores.
Se pide solamente que se cumpla la ley, su ley, la ley que enfundan y desenfundan, que tergiversan, que olvidan o recuerdan según convenga.
Esa ley selectiva, con letra grande y pequeña, rubricada a golpes, machacada con picanas, perseguida con dispersiones, esa ley nada neutral que coloca por cojones a la gente entre rejas aunque estén enfermos, aunque se mueran, aunque su delito sean las ideas.
Y este gobierno intolerable por más tiempo, baja el pulgar y se hace el longuis mientras el ayuno debilita y se suman más cuerpos de fuera o de dentro de las prisiones.
Ustedes fabrican horror, lo exportan a nuestros pueblos, y creen que claudicaremos.
Pero las calles están dispuestas, la rabia a manos llenas.
Está en juego la vida, esa vida que tanto desprecian.
sábado, 11 de agosto de 2012
La llama
Viñeta de Kalvellido
Yo me pregunto qué cojones dirán los representantes sindicalìsimos de la confiscación de comida.
¿Guardarán silencio atrincherados bajo el sobaco del reino, balbucearán incomprensibles argumentos, despreciarán a los que se apropiaron de carros para llenarlos de dignidad y de garbanzos o tratarán por todos los medios de inventarse un golpe de efecto que evite la espantà que se les avecina?.
Porque esto no ha hecho más que empezar, la llama está prendida, el hambre acosa y la barbarie es rutina.
Entonces ¿qué pensarán hacer, decir, proyectar?, ¿cómo harán pa mantener a la gente quieta como hasta ahora si a la vista de todos está que es posible fijar la mirada en la desobediencia y darles la espalda?
Se ha abierto una brecha por donde se cuela la idea de que aún es posible.
La resignación es pa los que levantan el puño a medias, pa los que tienden sus manos flojas, pa los que visten de pana o traje según convenga, pa los cómplices, pa los que tienen conciencias que naufragan.
Pa los demás está la miseria puerta a puerta y la urgencia de confiscar riqueza a quienes nos diezman.
Yo me pregunto qué cojones dirán los representantes sindicalìsimos de la confiscación de comida.
¿Guardarán silencio atrincherados bajo el sobaco del reino, balbucearán incomprensibles argumentos, despreciarán a los que se apropiaron de carros para llenarlos de dignidad y de garbanzos o tratarán por todos los medios de inventarse un golpe de efecto que evite la espantà que se les avecina?.
Porque esto no ha hecho más que empezar, la llama está prendida, el hambre acosa y la barbarie es rutina.
Entonces ¿qué pensarán hacer, decir, proyectar?, ¿cómo harán pa mantener a la gente quieta como hasta ahora si a la vista de todos está que es posible fijar la mirada en la desobediencia y darles la espalda?
Se ha abierto una brecha por donde se cuela la idea de que aún es posible.
La resignación es pa los que levantan el puño a medias, pa los que tienden sus manos flojas, pa los que visten de pana o traje según convenga, pa los cómplices, pa los que tienen conciencias que naufragan.
Pa los demás está la miseria puerta a puerta y la urgencia de confiscar riqueza a quienes nos diezman.
jueves, 9 de agosto de 2012
Algo sencillo
Viñeta de Kalvellido
Cuando van unidas la razón y el coraje no hay represión que pueda contenerla.
Seguramente los que compran leyes han ordenado fabricar unas cuantas que amputen las alas y destrocen las lenguas de los que entraron a los supermercados para confiscar alimento.
Algo tan simple como comer es delito.
Algo tan simple como señalar la impunidad que atraviesa los siglos te convierte en un furtivo, en un proscrito.
Y no es una anécdota, es defender la vida que se termina si no hay pan ni manera de conseguirlo.
Requisar tierra y comida en este imperio de felonías es un peligro
Ojalá no tarde en contagiarse, ojalá estemos viviendo la víspera de la justicia definitiva, la que castigará la violencia repartida en nombre de la codicia.
Y ojalá cada vez haya más hombres y mujeres comunes, que con sus desafíos tan valientes como sencillos, anticipen la rendición, de quienes al final y de todas formas, caerán rendidos.
Cuando van unidas la razón y el coraje no hay represión que pueda contenerla.
Seguramente los que compran leyes han ordenado fabricar unas cuantas que amputen las alas y destrocen las lenguas de los que entraron a los supermercados para confiscar alimento.
Algo tan simple como comer es delito.
Algo tan simple como señalar la impunidad que atraviesa los siglos te convierte en un furtivo, en un proscrito.
Y no es una anécdota, es defender la vida que se termina si no hay pan ni manera de conseguirlo.
Requisar tierra y comida en este imperio de felonías es un peligro
Ojalá no tarde en contagiarse, ojalá estemos viviendo la víspera de la justicia definitiva, la que castigará la violencia repartida en nombre de la codicia.
Y ojalá cada vez haya más hombres y mujeres comunes, que con sus desafíos tan valientes como sencillos, anticipen la rendición, de quienes al final y de todas formas, caerán rendidos.
sábado, 4 de agosto de 2012
Sin eufemismos
Viñeta de Kalvellido
El miedo debería ponernos de acuerdo para defender la vida, debería estar deletreando coágulo a coágulo, los empobrecimientos que, con paso firme, avanzan salvajes.
Nos esperan largas filas de hombres y de mujeres aplastados por la miseria, la enfermedad y la ignorancia.
Y esto no será en un futuro lejano, pasados unos siglos, es ya mismo.
En demasiadas casas viven ahora apeados de la alegría, con los dientes apretados y la mesa puesta pero podridamente vacía.
Y esta existencia de rodillas, estos golpes en la nuca a un país que contempla con horror no sólo un pasado de amnesia y afonía, también un presente apuñalado con falacias, leyes e injusticias, no puede permitirse.
Sencillamente.
No tenemos alternativa.
No hay tiempo para la espera, para creer que pasará esta noche larga, para mover los hombros, para quedarse sentados mirándose las manos.
Los pulgares siguen bajando.
Sin eufemismos: somos prisioneros a la espera de que nos llegue el turno para recorrer el camino breve que nos llevará al patíbulo.
O nos ponemos de acuerdo y peleamos en esta guerra de mil caras o acariciaremos millones de muertos ejecutados lentamente por la rapiña de unos pocos fanáticos de la cruz, la violencia y los pueblos estorbándolos.
El miedo debería ponernos de acuerdo para defender la vida, debería estar deletreando coágulo a coágulo, los empobrecimientos que, con paso firme, avanzan salvajes.
Nos esperan largas filas de hombres y de mujeres aplastados por la miseria, la enfermedad y la ignorancia.
Y esto no será en un futuro lejano, pasados unos siglos, es ya mismo.
En demasiadas casas viven ahora apeados de la alegría, con los dientes apretados y la mesa puesta pero podridamente vacía.
Y esta existencia de rodillas, estos golpes en la nuca a un país que contempla con horror no sólo un pasado de amnesia y afonía, también un presente apuñalado con falacias, leyes e injusticias, no puede permitirse.
Sencillamente.
No tenemos alternativa.
No hay tiempo para la espera, para creer que pasará esta noche larga, para mover los hombros, para quedarse sentados mirándose las manos.
Los pulgares siguen bajando.
Sin eufemismos: somos prisioneros a la espera de que nos llegue el turno para recorrer el camino breve que nos llevará al patíbulo.
O nos ponemos de acuerdo y peleamos en esta guerra de mil caras o acariciaremos millones de muertos ejecutados lentamente por la rapiña de unos pocos fanáticos de la cruz, la violencia y los pueblos estorbándolos.
jueves, 2 de agosto de 2012
Se mueren
Viñeta de Kalvellido
Se muere tantas veces un pueblo
que cansado de morirse
reclama ,exige, pide,
más vida en su costado.
Se muere tantas veces,
tantas son las veces
que cae un pueblo abatido,
que al amanecer,
el ruido de los partos nuevos
desahucia al enemigo.
Porque mueren y nacen al instante
millares de razones para continuar buscando
el pan, la casa, el mar,
los pies calzados.
Se muere tantas veces un pueblo,
en cada muerto se muere,
en cada nombre,
en cada una de las derrotas se mueren.
Y nacen una y otra vez para seguir luchando.
Se muere tantas veces un pueblo
que cansado de morirse
reclama ,exige, pide,
más vida en su costado.
Se muere tantas veces,
tantas son las veces
que cae un pueblo abatido,
que al amanecer,
el ruido de los partos nuevos
desahucia al enemigo.
Porque mueren y nacen al instante
millares de razones para continuar buscando
el pan, la casa, el mar,
los pies calzados.
Se muere tantas veces un pueblo,
en cada muerto se muere,
en cada nombre,
en cada una de las derrotas se mueren.
Y nacen una y otra vez para seguir luchando.
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