Viñeta de Kalvellido
No me quedo con las ganas de decir lo que yo pienso
en este lugar envejecido por mediocres y arribistas.
No me tiembla la mano izquierda,
ni me tiemblan las ideas:
los pueblos necesitan
herejías y blasfemias.
Que ya está bien de tanto hijo de la grandísima
con su decir a medias,
con su lenguaje mesurado,
con su pacífico don de contener la furia entera.
Que no,
que no me quedo con las ganas,
que estoy hasta los ovarios de las correcciones poéticas.
Que soy libre, soy poeta, soy vasca
y además vivo el horror de esta gran guerra.
Que no me vengan con cuentos los intelectuales progresistas
que los pueblos se desangran
mientras ellos titubean.
Que no,
que no,
que yo no me quedo con ganas
de decir que la violencia
cuando entra en mi casa,
es combatida con poemas y con el puño en alza,
con la rabia y el odio,
con el odio y la esperanza,
con el odio y la prisa por llegar a una paz sin rejas.
Que no jodan tanto los ilustres,
que los pueblos viven de rodillas
pero ellos sólo piensan
que lo correcto es
decir
que agachemos la cabeza.
Que no jodan tanto los intelectuales
con sus decires a medias,
que las calles se llenan de muerte
y las palomas blancas
bostezan.