Imagen de Mena
Hay personas que aún creen que su palabra vale.
Cotorrean desde los estrados tratando de convencernos de su pulcritud, de
su coherencia, de la empatía universal con la que fueron bautizados.
Los vemos en los sindicatos, en los parlamentos, entre intelectuales,
pero
les huele demasiado mal el aliento.
Dan asco.
Ciegos, abrigados con
su cinismo se empeñan una y otra vez en engañarnos.
Y una y otra vez desafían nuestra inteligencia seguros de
que podrán convencernos, que depositaremos en ellos una confianza que se pasan
por el forro cuando pintan oros.
¿Alguno habla de no pagar la deuda?, ¿alguno ha denunciado
la situación de los presos políticos, de las torturas?, ¿dicen abiertamente que
la justicia, toda, está patas arriba? ¿Alguno propone construir una sociedad, a años luz de esta democracia
emputecida? ¿O proponen casi todos seguir esta rueda, limpiando alguno de sus
ejes, engrasando alguno de los engranajes que chirrían, cambiando los caballos
viejos que arrastra este carro de
indigencia por potros que tiran con más fuerza?
¡Ay, que el carro va lleno de miseria
¡
Hay que pararlo. No arrastrarlo hacia tierras aún más
yermas.
Supongo que ahora comprendes la profundidad de nuestros descreimientos haya por el 2004... Por eso mismo es que tanto sentimos los que a ustedes les pasa. Besotes.
ResponderEliminarGrande, amiga. Grande.
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