sábado, 30 de abril de 2011
Yo sè que la tristeza
Viñeta de Kalvellido
Yo sé que la tristeza no es revolucionaria, que de ninguna de las maneras podemos dejar que nos clave espinas en la rutina.
Yo sé que es la forma más sutil y dañina de dejarnos hundidos, solitarios, yo sè que es cómplice en las derrotas y que es un desafío la canción en medio de los genocidios.
Yo sé que nos persigue sedienta allá donde los verdugos nos revientan las venas, donde el pan se ausenta, donde la memoria hace el esfuerzo de ser olvidada, donde los pies van descalzos o el plomo cae y cae y cae por orden de unos pocos miserables.
Yo sé que si nos abandonamos a su letargo inútil miramos hacia ninguna parte y desaparecen las ruinas, los andrajos, las fosas, los cadáveres y aparece en toda su inmensidad el llanto impotente, el cuerpo devastado, las rodillas ulceradas.
Aparece la soledad del triste ser humano que pierde el sentir solidario.
Yo sé que la tristeza es un lujo que no tienen ni los condenados, ni los harapientos, ni los torturados, ni los que tienen los días contados.
Yo sé que si besas sus manos, los que bajan los pulgares, se alegran, que si descansas en su regazo, los que tiran a matar, se dan por satisfechos.
Yo sé que si la dejas entrar desaparecen los paraísos.
Yo sé todo esto y por eso canto en mis versos, aunque me duelan las heridas, aunque los escalofríos que producen las noches criminales se eternicen y duela el salitre en los ojos.
Yo canto en mis versos a pesar del mal olor que despide la vida.
A pesar de latir en este tiempo lento de justicia, yo canto.
Y me la arranco de cuajo.
Mientras el mundo siga deformando su humanidad, mientras se caigan a pedazos los abrazos no tengo derecho a la tristeza.
Aunque me muera de pena, debo continuar cantando.
jueves, 28 de abril de 2011
Soy una bestia
Viñeta de Kalvellido
Lo cuento aquí pero por favor, guardad el secreto: Soy una bestia.
Sólo a las bestias se les ocurre coincidir en los deseos con ETA.
Ya no puedo mirar a los ojos a mis vecinos, tengo pezuñas, colmillos bien afilados, tres rabos entre las piernas y lo peor es que de noche y de día, sueño.
¡Qué dentera da saberse monstruo entre demócratas!
¡Qué vergüenza para mi familia! ¡Qué vergüenza para los poetas! ¡Qué bochorno da pensar que bajo mi falda llevo escondida el arma asesina de la libertad!
Qué horror tienen que sentir ahora aquellos que me saludaron, aquellos que conversaron cordiales conmigo, aquellos que durmieron con este engendro sin saberlo.
Creo que lo mejor va a ser que me haga del PP ò del PSOE, que rece como hacen ellos pidiendo guerra, lo mejor será que les dé las gracias por apartarme de la sociedad, por mostrar al mundo entero que no soy de fiar.
Ellos, desde luego, no son de ETA, ellos desde luego no quieren la paz.
A la vista de todos está.
miércoles, 27 de abril de 2011
Romper todos los versos
Viñeta de Kalvellido
Para Javier Lòpez:
Romper todos los versos
para contemplar la vida,
repartir extrañas esperanzas en estos tiempos,
caminar desde la limosna a los cuerpos devastados,
desde los pueblos preñados, a los pueblos abortados.
No jugar a las escondidas entre estas líneas limpias.
Salir a las derrotas que caen y caen y caen
en cualquier parte,
de cualquier modo.
Romper todos los versos, sí,
dar el último beso a los poemas,
beberse todas las letras,
masticar las tinieblas de la soledad
para entrar a saco
allá donde son apedreados los niños,
donde los pechos están llenos de musgo,
donde se clavan los puñales,
donde tiran a matar en calles sin luz y sin destino.
Romper todos los poemas que son liturgia inútil,
que son pesebre,
que son amargos regazos,
que son mueca,
paciencia ciega,
estorbos.
Romperlos todos, sí,
alzar la frente, tragar saliva
y dejar que la muerte nos atraviese
cuajada de lutos y de hasta siempres.
Romper todos los versos,
para ser como tú,
como tú,
como otros
que en medio de los holocaustos
no lloran a solas,
no esperan el turno de los cobardes,
no son impostores sin nombre ni huellas dactilares.
Romper todos los versos
para salir de esta jaula
y que mi corazón se derrame como el tuyo,
como el vuestro,
firme, fresco y desafiante.
martes, 26 de abril de 2011
Un hombre relata
Viñeta de Kalvellido
Un hombre relata que murió 30 veces en dos días.
Murió así, rato a rato, de dolor, de miedo,
de espanto en los laberintos democráticos.
Un hombre peregrina por el tormento que le causa un pelotón de bestias a sueldo.
Se pudren los lamentos mientras los aplausos hablan alto,
mientras las manos quitan huellas, borran pruebas,
mientras los días pasan llevando a rastras las marcas
de eternas noches violentas.
Un hombre, una mujer, un niño, mueren 30 veces,
30 muertes en unas horas.
Y pocos huelen la podredumbre.
Y pocos ven la poca vida de los justos y de la justicia.
Y pocos tocan las heridas.
Un hombre, una mujer, un niño, hablan de la tortura convertida en rutina,
hablan de los coágulos, de la piel incinerada, de las amenazas
y pocos escuchan estas voces crucificadas en jaulas.
Un hombre, una mujer, un niño mueren 30 veces en un segundo
y en este país de hojalata no pasa nada.
domingo, 24 de abril de 2011
El pluriempleo
Viñeta de Kalvellido
Ahora en lugar de periodistas tenemos malabaristas, lanzan al aire argumentos, los agitan, los mueven, remueven y ¡zas¡, caen de nuevo a sus manos para decir lo que dicen siempre: todo es ETA, todo lo planifica ETA, ETA está en la sombra moviendo los hilos, soplando al oído.
Los policías ya no son sólo operarios del dolor, también son pitonisos, elaboran informes donde sentencian sin esperar a ver què dice un tribunal. No pierden el tiempo, eso es eficacia, ahorro de papeleo, eso es ganarse el pan, para què andarse con chorradas si al final, se va a llegar a la misma conclusión: todo es ETA.
Después tenemos a los políticos haciendo horas extras de barrenderos, limpiando los escombros de la democracia, guardándolos bajo la alfombra, lo importante para ellos es esconderlos, decir que era inevitable este derribo o aquel otro, que lo mejor es prohibir, cerrar las urnas a cal y canto para unos cuantos, barrer las libertades, señalar con el dedo sucio a gentes limpias, que por supuesto, no les cabe duda, son ETA.
Tenemos también a los jueces, esos señores ilustrados, sabios en su oficio de ventriloquía, parece que hablan, parece que piensan, parece que aplican el sentido común, la justicia, pero no, si te fijas bien sólo mueven los labios, agitan el brazo, derecho, siempre derecho y detrás están quienes se lo mueven, quienes hablan por ellos disimulando, quienes dicen el estribillo antiguo de todo es ETA.
Luego, en este sinfín de profesiones paralelas, de empleos variopintos, están los opinòlogos, estos tienen el oficio de disparar a bocajarro siempre lo mismo, séa lo que sea, alzan la voz para afirmar categóricamente: todo es ETA.
Y así estamos, soportando este descaro, esta opereta democrática y no hay duda, los gritos de paz que se escuchan en las calles son dictados por ETA que nos tiene a este puñado de miles de vascos muy bien amaestrados.
viernes, 22 de abril de 2011
Còmo es posible
Viñeta de Kalvellido
A estas alturas no comprendo cómo puede haber gente común y corriente que coma pan y vaya al circo.
Cómo es posible que la gente de a pie, esta gente como yo, puteada de manera permanente por un estado que bendice la cadena perpetua, la precariedad, la servidumbre, el abuso, el atraco, coma pan y vaya al circo a pedirlo.
Cómo es posible que la gente común y corriente ignore, arrincone, considere gente de tercera a miles de personas que piden paz en las calles, reiteradamente, machaconamente, incombustiblemente.
Cómo es posible que la gente de bien se alimente de esa democracia de tetas resecas y diga que camina bien nutrido.
Mi realidad se ha vuelto loca, loca de atar.
Cómo es posible que la gente común y corriente no comprenda que la pobreza, la explotación, la violencia jamás nacerán de una democracia escrita con mayúsculas, si no todo lo contrario, será parida de fascismos más o menos edulcorados, de falacias más o menos sofisticadas, de libertades apuñaladas, de memorias sordas, de voces embrutecidas, de plomo, mordaza, cadenas y estafas.
Cómo es posible que esta gente acuda a las urnas un domingo cualquiera, elija una de las opciones permitidas y el lunes regrese al tajo o al paro, haga oídos sordos a los derechos humanos, no patalee con los desahucios, ni con la riqueza de unos pocos obtenida a golpe de leyes de escándalo en parlamentos mansos.
Cómo es posible que esta gente común y corriente no llame a las cosas por su nombre. No vea, no diga, no le importe vivir esta farsa, esta mentira mil veces repetida.
Cómo es posible, dios mío, que esta gente asidua del circo se quede tranquila al ver a las bestias devorando rebeldes, esclavos, mendigos.
Cómo es posible.
jueves, 21 de abril de 2011
El oficio inùtil
Viñeta de Kalvellido
Pienso que este oficio de poeta me sirve al menos para tener palabras con las que explicar la indignación o la rabia, para tener suficientes letras en las manos que detallen lo que ven mis ojos o lo que se clava en la memoria.
Porque ser poeta me salva de morir tragándome los “ayes” y las impunidades, porque es jodido callar cuando caen las ostias como si fuera un ritual.
Pero estos días pienso que no es bastante con mi oficio, con esta trinchera, con este corazón emboscado de poemas.
Porque las mentiras se cuelan en lo cotidiano para bendecir la tortura, para santificar la violencia, para arrodillar a la humanidad, para hacerla sangre.
Y mis versos peregrinan aullando de dolor por los presos, por las democracias desaparecidas, por los pueblos diezmados y arrastran tantas, tantas banderas tiroteadas, tanta hambre nueva y antigua, tantos son los muñones que vigilan, tantos los lutos que visten, es tan repetitivo mi espantoso estribillo que orear heridas en este imperio de brutalidad, deshuesar a las bestias, ponerlas contra las cuerdas verso a verso me deja exhausta y a veces vencida.
Más de una vez pienso en cambiar de oficio… pero al rato me sitian poemas que no puedo amordazar y así voy tirando, con estas canciones que aman la vida, que ponen nombre a los muertos y a las injusticias.
Y así voy tirando de este inútil oficio.
Y así, poco a poco, las derrotas se convierten en apenas un borrón y las victorias con su inmenso olor a limpio, se abren paso entre mis líneas.
lunes, 18 de abril de 2011
Vivo en un mundo delirante
Viñeta de Kalvellido
Llevo a rastras la vergüenza de vivir en un mundo donde los espejos no muestran imágenes reales, si no que aparecen seres deformes de humanidad, donde no es posible hablar de pobreza porque los que compraron la palabra la aislaron de la verdad, la desnudaron de coraje, la vendieron por unos aplausos, por unas pocas monedas falsas.
Vivo en un mundo difícil, de silencios amargos, de realidades crucificadas.
Vivo en un mundo donde la violencia está lejos y también aquí mismo, donde hablar, aullar, se ha convertido en un delito.
Vivo en un mundo que devora la libertad porque està hambriento da fascismo y con cada paso, en cada gesto, se hace presente con su voz ferruginosa, con sus sables afilados, con sus leyes cerraduras.
Vivo en un mundo de fachas al acecho, de fachas husmeando al enemigo en las calles y en las urnas, de fachas sin disimulo, sin miedo a decirlo, sin miedo a recordar, sin pudor para contar los golpes dados, la tierra robada, la muerte sembrada.
Vivo en este mundo emputecido donde la vieja canción de los que siempre ganan suena a todo volumen en las plazas.
Y los espejos, las palabras, bailan grotescas.
Vivo en este mundo de matones democráticos, de caudillos con inmenso olor a cuadra.
Vivo en este mundo, triste mundo caído de bruces, poblado de hombres y de mujeres que con la memoria aún viva reconocen a los perros de guerra por sus babas.
Vivo en este mundo de delirio.
Ojalá la rabia sea pronto algo más que un espejismo.
domingo, 17 de abril de 2011
Los "cuestionatelotodo"
Viñeta de Kalvellido
Últimamente vengo notando que hay demasiada gente con miedo a definirse, y adoptan la postura más cómoda y también la más cobarde, que es la del disparo a bocajarro.
Si celebramos con nostalgia y esperanza la república, pensando que aquel tiempo pudo habernos traído hasta esto días algo de justicia y recordamos a los muertos y revivimos la heroicidad de aquellas gentes que lo dieron todo por defenderla, saltan los pesimistas para con sus arañazos, rasgar la bandera y todo lo que significa.
Si recibimos con entusiasmo el proceso que se vive en Euskal Herria, pese al sólido frente mediático y fascista, saltan de nuevo los agoreros de la alegría para explicarnos que no se va a conseguir nada, que aquí nos bajamos los pantalones para entrar donde nos prohíben y participar de la opereta que nos castiga y nos revienta.
Si nos posicionamos claramente contra la invasión carnicera en Libia, y decimos que Gadafi puede ser que sea malo, pero no más malo que los que a nosotros nos gobiernan, pues de manera fulminante, los “cuestionatelotodo”, vienen a nuestras casas a acusarnos de apoyar genocidas, de sostener con nuestra ideología no sé qué exterminios, no sé qué injusticias.
Si decimos que no somos pacifistas, porque no es posible serlo en Gaza, ni en Irak, porque no es posible sentarse en las plazas para que te atraviesen las balas en tantos sitios, los de siempre, los que se esconden sin definirse, otra vez atacan con toda su artillería.
Y así estamos condenados una y otra vez, a la horca.
Y de todos esos que anudan la soga a nuestras palabras nunca se sabe exactamente qué piensan, sólo dicen no, por ahí no, sólo saben poner sobre lo blanco, negro, sólo gruñen, sólo respiran derrotismo.
Señores y señoras “tiquismiquis”, expertos en desaliento así no hay quien pueda, arránquense el “no” de la lengua, si siguen así vamos a pensar que son mercenarios a sueldo de los que están al otro lado de nuestra frágil trinchera.
miércoles, 13 de abril de 2011
14 de abril
Viñeta de Klavellido
Dejó de ser una tierra de conventos,
de tricornio, yugo, yunques y tinieblas.
Se llenaron las plazas de banderas,
se llenaron las casas de esperanza,
se llenaron las palabras,
se llenaron los pulmones, las arterias,
se llenaron las escuelas.
Y subió desde las raíces la conciencia
para hablar de esas azules e indecentes venas
que germinan siglo a siglo la miseria.
Se llenaron las plazas de banderas, si,
de gente enarbolando una vida nueva
sin sudor y sin cadenas,
sin la desnudez de un futuro preñado de fango y calaveras.
¡Ay se llenaron las plazas y las vaciaron!.
Con plomo, terror y paredones las vaciaron.
Las dejaron muriéndose de dolor
varias generaciones.
Hoy esas mismas plazas esperan ver su vientre lleno de canciones,
aún esperan ver muerta la pobreza,
aún esperan.
¡Ay se llenaron las plazas!
Y hoy nos piden que seamos
hombres y mujeres de polvo, sudor, y primaveras
para que las llenemos de nuevo
con su letra y sus colores.
lunes, 11 de abril de 2011
¡Ay señor, señor!
Viñeta de Kalvellido
La descuartizadora tiene otra vez trabajo.
Una noticia de la que aún no se sabe mucho, ha servido para poner a todos los chacales en guardia. No importa lo que diga con el tiempo la verdad de los hechos, lo importante es darse prisa en triturar, en servir sobre la mesa toda la carne picada, después, si el sentido común expresa que era inocente el pájaro que volaba, da lo mismo, ya está en la cazuela.
Tampoco importa la doble vara de medir, al señor vicepresidente le parece que sólo es violencia una cosa, que la que hay sin limpiar en su casa es mugre pero una mugre coqueta y necesaria.
¡Ay señor, señor, cuánto carnicero anda suelto ¡
¡Cuánto hambriento de vísceras!
¡Cuánto vampiro necesitado de sangre ajena!.
Lo que quieren es el cadáver de Bildu, lo quieren ya, quieren su cabeza cortada servida en bandeja.
¡Ay señor, señor, cuanto colaborador de mala baba, cuánto estúpido opinòlogo a sueldo de Rubalcaba, cuánto escribidor amargo de democracia!
Aún no se sabe nada sobre lo ocurrido en Francia pero la jauría anda suelta, busca a la presa, la ataca, da igual si el tiempo demuestra que la muerta, fue una muerta equivocada.
¡Ay señor, señor, qué horror da ver funcionando esta máquina engrasada por aquellos que tienen la palabra!.
domingo, 10 de abril de 2011
La otitis
Viñeta de Kalvellido
A ver, como próximamente serán las elecciones y tendremos que soportar tanto frenesì, ¿qué tal si hablamos de cosas importantes?, por ejemplo, ¿qué tal si alguna de las formaciones políticas de izquierda que pululan por el estado se pronuncia claramente sobre la situación de los presos que están enfermos de gravedad y sobremueren a su dolor entre rejas?
Ah, que este es un tema menor, sin importancia, un grano, pero pequeño, en el culo de los que mandan, ah, que la izquierda se preocupa en campaña de otras cuestiones, el capitalismo, la banca, pero los derechos humanos, esos, bah, son bobadas, cuestiones triviales, que ya se verán.
¿Qué se mueren?, ¿Qué cumplieron su condena? ¿Qué sus tratamientos son boicoteados?, pecaditos veniales de esta democracia que mueve sus caderas al ritmo de las violencia.
Hay temas que es mejor no tocar, la izquierda tibia nunca arriesga.
Mejor mirar para otro lado, que es lo mismo que decir ahí se jodan, esos vascos de mierda.
¡Ay demócratas de tibias izquierdas! preparen sus papeletas, sus bocadillos de mortadela, sus frase hechas, sus revoluciones a medias, solidarícense con Libia pero no con Venezuela, salgan a la calle con su austeridad a cuestas, llamen a cambiar las cosas de esta democracia purulenta, acaricien sus promesas, muérdanse los muñones mientras esperan el recuento y límpiense bien las orejas.
Ustedes se hacen los sordos a los derechos humanos cuando se trata de escucharlos aquí cerca.
jueves, 7 de abril de 2011
Verguenza ajena
Viñeta de Kalvellido
Estos días estoy sintiendo mucha vergüenza ajena.
Con devoción casi religiosa, muy temprano en la mañana, comienzo mi paseo por los blogs de gente que admiro, combativa, irreverente, independiente y después continúo mi paseo por las medios de contrainformaciòn que nutren y sostienen con sus verdades mis sospechas de poeta.
Pero últimamente estoy hasta los ovarios de todos, enzarzados en cuestiones pueriles, en dimes y diretes, en lanzar reproches y acusaciones, esta gente deja de lado el horror del mundo para arrancarse las pelusas del ombligo. Siento que estos geniecillos de alguna manera faltan el respeto a los que estamos ávidos de frases sagaces, de inteligencia retadora, de valentía a manos llenas.
Y yo sé, joder, que somos piel, hueso y mezquindades pero lo más prudente es disimularlas porque a los lectores nos importa una mierda verlas entre líneas. Lo que nos importa, o al menos a esta poeta importa, es que estén atentos a la bestia, que opinen, que informen, que nos desafíen, que disparen a bocajarro sus letras, que no nos hagan perder el tiempo ni la paciencia con sus plegarias.
Señores ilustrados, miren la cara de decepción que llevamos, resuelvan los asuntos personales en sus palacios, muérdanse los egos en privado y salgan a contarnos lo que está pasando porque mientras buscan a tientas quien les dé la razón, quien les aplauda, cada vez es mayor la sangre que se seca.
martes, 5 de abril de 2011
Supongamos
Viñeta de Kalvellido
Supongamos que vienen a mi casa un día con rifles de asalto, supongamos que me arrancan el vestido, me golpean en la cara, me vacían los bolsillos, me humillan frente a mis vecinos y me obligan a vivir encadenada a la verja viendo cómo otros se alimentan con los frutos de mi huerto, viendo cómo eructan en mi mesa, cómo violan en mi cama, cómo golpean niños en el patio de mi casa.
Supongamos que ocurre esto, supongamos que el jardín lo han convertido en una fosa, que manchan de sangre el suelo, las paredes, supongamos que entran y salen con mis lámparas, con mis libros, con mis semillas, que se lo llevan todo, que me escupen, me tiran del pelo, me pegan si les digo algo, si reclamo y supongamos que rompo las cadenas que me han atado noche y día a la puerta de mi casa.
¿Qué haré?, ¿marcharme corriendo y permitir que el lugar sagrado que construí quede para siempre en otras manos?
¿Qué haré? ¿Esperar y cuando se marchen recuperar mi vida y mi trabajo?
¿Qué haré?, ¿aliarme a los que van armados para que me dejen un rincón donde dejarme acariciar el lomo?
¿Qué haré?
¿Me resignaré?
¿Dejaré que mis hijos vivan lejos, lejos de la justicia, de las raíces, lejos del pan que horneo, lejos de la tierra que siembro?
¿Qué haré?, ¿podré ser pacifista si veo el cadáver de mi madre pisoteado en el suelo?, ¿a quién reclamaré todo este daño?, ¿quién podrá forzar a los que van armados para que me devuelvan mi casa, para que dejen quietos mis recuerdos?
¿Quién reparará el hambre pasado, el dolor, la humillación, los días asfixiados con temblor y miedo al plomo?
Esto es lo que está pasando, entran a saco en casas ajenas, en casas con banderas izadas que no son las nuestras, en casas que viven a su manera, entran y arrancan de cuajo los frutos de la tierra, rocían el aire con terror y dejan a las puertas encadenados a millones de seres muertos, mutilados, hambrientos.
¿Qué harán esos millones de seres?, ¿mantendrán un pacifismo cargado con la paz que lleva el diablo o intentarán por todos los medios recuperar la dignidad con piedras y con palos, con lo que sea necesario?
Aunque sólo sea para que los hijos no les vean resignados a una vida sin futuro, no se quedarán de brazos cruzados.
domingo, 3 de abril de 2011
Podrìa
Viñeta de Kalvellido
Podría ser un mundo más amable
donde todas las banderas tuvieran sus patrias,
donde todas las patrias tuvieran su tierra,
donde todas las tierras tuvieran semillas.
Donde fecundar hijos fuera
parirlos libres de violencia.
Podría ser un mundo de levadura,
no este lugar zurcido y descarriado
que se quiebra.
Podría ser menos atroz,
podría dejar de taparse los ojos,
dejar de cobrarse vidas,
dejar de multiplicar la barbarie y la codicia.
Podría estarse quieto,
parar en seco,
arrancarse de cuajo los imperios.
Podría ordenar los mapas
y empezar de cero
nutriendo cada uno de los pueblos.
viernes, 1 de abril de 2011
La violaciòn
Viñeta de Kalvellido
Esta democracia otra vez fue obligada a abrirse de piernas, la han violado tantas veces, tantas son las veces que a cara descubierta le arrancaron la lengua que ya poco quedaba de ella.
Apenas era sólo piel y solo huesos esta mañana.
Apenas conseguía arrastrarse por los tribunales.
Aún con el dolor de los golpes, aún supurándole la entrepierna, aún con los pezones derramando sangre buscó en el estrado quien pudiera defenderla.
Apenas escucharon su voz le cerraron la boca, la llamaron fulana, violenta, extranjera.
Y la violaron una vez más, allí mismo, nueve hombres de guerra.
Nueve hombres a sueldo,
nueve hombres sagrados.
Nueve corazones abortados.
La violaron una vez más porque les provoca, porque desafía a la verdad, porque lleva las huellas digitales de la impunidad marcadas en su pùbis, en su espalda, en la cara.
Y mientras un puñado de políticos perversos paguen al contado, los siervos de la inquisición, los castigadores salomónicos seguirán violándola a los ojos de todos. Como si no fuera màs que un despojo, deseosa de orgasmos ajenos conseguidos a la fuerza.
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