lunes, 25 de febrero de 2013

Los Chicago boys paletos


Viñeta de Kalvellido
Los “Chicago boys” a lo paleto están haciendo muy bien su trabajo.
Han puesto a la clase política en primea línea de frente para que sean ellos la parte visible de esta guerra donde las bombas vienen de un solo lado mientras  ese ejército descarnado que nunca se manchan de sangre las manos pero que es culpable de cada uno de nuestros horrores, continúa con su empeño matemático de devastarlo todo.
Entrenados por el imperio practican su economía de tierra arrasada.
Su violencia es quirúrgica. Convierten en muñones los derechos.
Ordenan cada uno de los disparos, a velocidad de vértigo nos masacran con pobreza.
Y las corrupciones, estafas, sobornos, no son más que  carnaza para que entretengamos la rabia porque gracias a ella siguen fabricando miseria sin que nadie se atreva a mirar un poco más allá de los sobres y el rey y los millones de euros evadidos para escribir los nombres de los verdaderamente genocidas que están aniquilándonos impunemente.
Esta guerra es una guerra silenciosa y sin tregua. Los soldados están en los parlamentos pero los generales hacen cuentas a la sombra y susurran a sus subalternos las estrategias necesarias para conseguir que este sea un lugar definitivamente en venta, a remate, propiedad de señores feudales con millones de parias expulsados fuera.

martes, 19 de febrero de 2013

A veces


Viñeta de Kalvellido
A veces me desconozco,
caigo al suelo
y no me levanto.
Son instantes
en los que el miedo
clava sus uñas
y mastica sin dentera
todas las tristeza que caben en la tierra.

A veces, mi voz,
es violentamente muda,
derrumba las palabras,
asfixia las protestas
y me deja anudada al silencio
siglos que son segundos,

segundos que son eternos.

A veces os busco más allá de las tinieblas,
más allá de mi dolor,
más allá de estas calaveras que se pegan a mi piel
y pudren las arterias.

A veces, esta maldición de ser poeta
en tiempos donde apenas caben los abrazos,
donde las primaveras no llegan,
donde el horror para en seco cualquier presagio o profecía
me hacen dar la espalda  a la alegría.

Como si fueran importantes mis versos,
como si fueran importantes mis heridas.

lunes, 18 de febrero de 2013

Mis sueños


Viñeta de Kalvellido
Nadie va a arrancarme los sueños
que nacen en las largas vigilias del espanto
cuando es de noche para todos
y a todos nos carcome el recuerdo de los muertos.

Nadie conseguirá matar la magia de mis deseos
porque sin ellos no tengo esperanza
y sin esperanza no puedo mirar
el hambre en cada casa,
la tristeza por todas partes
la desolación rabiosamente amarga.

Nadie, ni tú,
ni tú,
ni vosotros
que lleváis a rastras los corazones,
que apenas sabéis de lágrimas
podréis quitarme uno solo de estos sueños que, a pesar vuestro, galopan.

 Porque vivir sin soñar, es poca cosa.
Es dejarse morir,
es rendirse
y no es momento de derrotas.

domingo, 17 de febrero de 2013

Los incrèdulos


Viñeta de Kalvellido
Sobre cerebros arrasados es fácil edificar docilidades.
Las personas que dicen no creer en nada son  herramientas que utiliza el poder para tener quieta a la humanidad que se queja.
Son el muro de contención que evita que de una vez por todas se imponga la cordura.
Es dramático escuchar a algunos empobrecidos decir con rotundidad que  la justicia no sirve de nada, ni  la política, ni los sindicatos, que la bondad es sólo cosa de santos y la solidaridad es pa los países lejanos.
¿Qué les queda entonces a esas personas vacías de ideas?
Es cierto que la realidad se impone para que claudiquemos, para que nos convirtamos en animales incrédulos, sordos y afónicos, para que vivamos con la conciencia postrada, maniatada.
Pero también es cierto que sin estas creencias la vida se convierte en un paraje desolado donde la individualidad pudre la existencia, donde la pobreza es una circunstancia de mala suerte, del destino que se torció y no pudo ya enderezarse. Donde el azar impone una rutina de dolor irremediable sobre los parias que aceptan arrodillados el ensañamiento del  sistema.
Hay muchas razones para creer, muchas personas en las que creer, no verlas desafiantes por las calles caminando firmes hacia la justicia es mirar desde los ojos de quien diariamente nos apalea, es no sólo decir amén a los que nos roban el pan, es también masticárselo, metérselo en la boca y esperar tranquilos el eructo fétido de su riqueza criminal y violenta.

jueves, 14 de febrero de 2013

Tiempo de eufemismos


Viñeta de Kalvellido
Llamar al pan, pan, y al vino, vino, molesta.
Las palabras son obligadas a travestirse para no ofender, no delinquir, no difamar.
Existe miedo a usarlas con toda su fuerza.
De ahí esa ridícula obsesión por llamarnos ciudadanos, porque llamarnos pueblo,  llamarnos trabajadores recuerda tiempos pretéritos en los que  la dignidad, la imperiosa necesidad de emanciparse  abría las venas del sistema.
Convertirnos en ciudadanos es incluirnos en una masa amorfa que exige algunos derechos pero no todos, en mi opinión es denominarnos de una forma que no quiere  rupturas radicales, que pide paso con buenos modales para poner en orden algunas cosas, pero rechaza frontalmente el parto nuevo, con nuevas formas de organizarse.
Yo no quiero  pertenecer a esa estirpe experta en eufemismos que tiembla cuando habla.
No me llaméis ciudadana, llamadme pueblo, raíz, entraña.
Llamadme tierra, libertad, fuego, aire.
Pero no me llaméis ciudadana, soy una poeta pueblerina que abandera palabras amargas para vaciar las bocas de hambre.
Escribo  versos porque cada dolor, sueño, esperanza, bandera,  tiene, aunque moleste, su nombre.

sábado, 9 de febrero de 2013

Què putada


Viñeta de Kalvellido
Qué putada morirme ahora,
convertir en polvo,
en nada
este corazón desacostumbrado
a la esperanza.
Qué putada si el destino
destroza mi futuro
con sus pezuñas calladas.
Qué putada morir sin estrenar
la paz limpia en cada casa,
el dulce fruto del descanso,
la gente común brindando,
el amor sin portazos.
Qué putada morir ahora mismo,
irse con sólo el salitre áspero del llanto,
con sólo el temblor de los harapos
y este abismo donde los coágulos
caen y caen y caen
sobre demasiados fracasos.  
Qué putada
marcharse,
morirme hoy
con tanto espanto,
con tantísimo dolor,
con tanto  sudario,
con tanto impostor desafiando
los pueblos y los abrazos.
Qué putada
que  venga la muerte con su mordaza
a cerrarme los ojos y los labios
antes de escribir sobre la victoria definitiva
de los de abajo.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Los poetas


Viñeta de Kalvellido
Algunas personas piensan que sólo por ser poetas tenemos el corazón en carne viva.
Yo no lo creo.
He visto poetas caminar ausentes como si la vida fuera un asunto que nada tiene que ver con ellos, terratenientes de palabras mastican indiferencia y se sienten dueños del amor prostituyendo su sentido íntimo, reduciéndolo sólo a un asunto de dos.
He visto poetas alegres en su tristeza, fabricando versos a destajo, versos que son luto y son sudarios, versos enfermos que sólo acompañan a aquellos que no creen posible la esperanza.
He visto poetas altivos, barriobajeros, pedantes, promiscuos de conciencia, sensibleros, arrogantes.
He visto poetas en venta, poetas de tinieblas, poetas sin alas o con las alas quebradas.
Poetas sin memoria, poetas- bufones, poetas laberínticos, poetas sin decencia, poetas de sexo, coca y noches  locas.
Poetas elitistas, poetas de finas letras, poetas de premios y aplausos y egos en volandas, poetas que nacen o se hacen sin saber que este es un oficio que exige no bajar nunca la guardia.
He visto demasiados poetas que no dejan sitio en sus líneas para la voz de los otros, como si el asunto de sus ombligos fuera a cambiar el mundo.
Y también he visto a poetas inmensos dejar huella en la memoria de quienes sienten que hablan por ellos, que cantan por ellos, que sueñan con ellos.
Y los he visto, cegados por la ternura, por el calor, por los abrazos, por las victorias que quedarían afónicas si no estuvieran atentos a la humanidad que tantas veces asoma y tan pocos poetas  la nombran.

sábado, 2 de febrero de 2013

Vìctimas de terrorismo polìtico


Viñeta de Kalvellido
Mientras más ocupados estamos con las bombas que nos estallan en la cara, no muy lejos de aquí se barajan varios nombres que podrían ser, por pelotas, gobernantes de este país que naufraga.
Y es que todo parece bien planificado, los buitres europeos acechan.
Se rasgan las vestiduras los mismos que conocen estas tramas desde antiguo, la honestidad en política es un animal en extinción, todos conocían el mamoneo, todos participaron del amiguismo, de la lluvia de pagos, del soborno permanente, del aquí te pago en secreto.
Y me da por pensar que ahora mismo se frotan las manos para lavárselas después del reparto.
España será colonizada.
Hemos sido niños malos.
No es bastante  nuestro empobrecimiento, no han sido suficientemente verdugos con el pueblo, necesitan más niños huérfanos.
Necesitan políticos aún más sanguinarios.
Demasiado terrorismo  para no sospechar que detrás de las granadas que revientan casi a diario, están las manos que codician esta porción, hoy ya miserable, de tierra.

viernes, 1 de febrero de 2013

Carta a los guerreros


Viñeta de Allan Macdonald
No sé qué palabras elegir para contar lo que siento al veros compartiendo con nosotros el aire y las placentas.
Quizá lo más fácil  es señalar a  a los impostores de humanidad, a los claramente responsables que visten de luto el futuro y sus banderas.
A los defectuosos de empatía.
A los que, convertidos en carne de cañón, asaltan fronteras, o vigilan prisiones, o torturan, expertos, o revientan los ojos.
Pero ya está todo dicho, vuestras violencias están escritas en cada renglón de la historia.
Prefiero hablaros de otras cosas, por ejemplo de que cada día, a pesar vuestro, aún somos capaces de aferrarnos a la risa, de nutrirnos con canciones, de agitar la libertad que está en nuestros corazones, de amarnos como solo saben amar los que perdieron el miedo al golpe de los sables.
Prefiero deciros que no sois nada sobre la tierra porque para ser algo es preciso sentir escalofríos  hasta hacerse sangre con los gritos.
Se necesitan algo más que huesos y que vísceras, algo más que un nombre y unos apellidos, algo más que esa costumbre siniestra de vivir blindando el poder con mortajas de arpillera.
Guerreros; humanidad resquebrajada, metal, piedra: nosotros somos sementera.
Destrenzamos las venas para atarnos a las estrellas.
Soñamos y soñamos porque aprendimos que de nada sirve vivir si no están los sueños eternamente alerta.
Si permitimos que cada derrota nos vuelva autistas por la fuerza.
Si cedemos el paso a la tristeza sólo porque en vuestras guerras no se contempla una tregua.
¡Ay guerreros de calle,  pueblos y cielos ¡ armados pero sin ideas, tolerantes sólo con quien os compra por unas pocas monedas.
No os merecéis las primaveras, ni los juegos que los niños hacen a espaldas de la violencia, ni a los viejos   aferrados a  victorias que nunca llegan, ni los abrazos limpios de los que estrenan la ternura sobre  escombros como si no existieran.
No os merecéis la hogaza tibia, el olor a lavanda, las rodillas tersas, la sangre que os recorre siempre tan lenta.
Guerreros, no os merecéis un sitio en esta carta, ni unas palabras os merecéis, ni unas tristes letras.
Nada merecéis.
Ni el tiempo, ni los versos de una poeta a secas.