martes, 13 de noviembre de 2018

A medias



Creo que este tiempo es el tiempo de decir las cosas a medias.
Vamos de aquí pa allá enarbolando la bandera de la izquierda, pero sólo un ratito, cuando toca agitarla con fiereza nos atamos los zapatos para que no se nos vea.
Estar del lado de Palestina está bien, llevamos orgullosas la kufiya alrededor del cuello, en la cartera una pegatina con su bandera y nuestro Facebook arde cuando asesinan en Gaza, pero no hacemos caso a Siria, ni a Yemen y Libia es un país oscuro que no alumbra nuestro postureo.
Afirmamos con contundencia que defendemos el derecho de los pueblos a decidir su destino, pero sólo un ratito, a medias, si esto ocurre con los Kurdos o con Córcega está bien, si son los vascos, andaluces o catalanes cerramos filas y sale la patria unida para siempre de nuestros pulmones.
También con el feminismo nos sucede, censuramos nuestro lenguaje para ser modernas, exigimos el fin del terrorismo patriarcal pero cuando se habla de putas, la cosa cambia. Es un trabajo, decimos, cada cual hace lo que quiere, insistimos, debe ser regulado, deben pagar impuestos, es su derecho, todos nos vendemos. Bla, bla, bla, y mientras, nuestros cuerpos de mujeres son mercancía, incubadoras, fábricas de niños en serie.
Y así con todo, la izquierda diciendo las cosas a medias y los que hablan alto y claro al banquillo de los acusados, a la cárcel o al exilio.
Sobran ejemplos, pongámonos serios.

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