Qué cobardía callarse a esta hora cuando en Cataluña se
suceden las detenciones y el estado de excepción es nada excepcional en aquella
tierra.
Qué cobardía guardar silencio o decir palabras que no dicen
nada.
Qué cobardías se desnudan cuando es preciso dar con el puño
sobre la mesa para decir basta.
Quien tiene miedo ahora lo tendrá siempre.
Quien calla permite mansamente.
Y no valen aquí las medias tintas, el “sí, pero no”, el “mañana
veremos”, el “quizá” el “tal vez”, el “puede ser”.
Ahora mismo se necesitan todas las voces, toda la
contundencia, necesitamos un clamor que sea imposible de ignorar.
Es urgente cortar el paso a esta nueva embestida, si no lo
hacemos abriremos las avenidas para que arrasen con todas las libertades.
Cataluña está en la mira, disparan cárcel, represión y
leyes.
Después de ellos será otro pueblo pacífico y rebelde.
Vergüenza y rabia. Hoy, no hay nada más urgente y necesario que llenar las calles con un claro y solidario ¡BASTA!
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