Es verdad cuando se dice de mí que soy intolerante.
Soy muy intolerante, claro.
Y radical, por
supuesto.
También soy
independentista, republicana, comunista, anarquista, socialista, todo, soy todo
lo malo, lo pésimo, soy lo peor.
También soy atea y feminista, poeta, frígida, amargada,
lasciva.
Soy un monstruo que
menstrua.
Soy un asco, un espanto, un cero a la izquierda de la izquierda.
Soy exigente, descreída, no creo en mesías.
No comulgo con mentiras, con farsas ni imposturas.
Me joden las personas que joden a las otras.
Me joden los escribas que cierran los ojos.
Me joden las palabras que no dicen nada.
Me joden los que no sienten el yugo.
Me joden los que votan y creen que sólo con eso cambiarán
las cosas.
Me joden los que acarician al imperio, con sus manos a o con
su silencio.
Pero sobre todas las cosas, me joden los idiotas que callan
porque no les conviene señalarse, porque no les viene bien que les señalen.
Porque son unos cobardes.
Me joden sobre todas las cosas los idiotas que guardan sus
opiniones no vaya a ser que les acusen de inventarse la sangre, de inventarse
los niños, de inventarse la muerte que cae
sobre los hombros de un pueblo que resiste día a día una embestida fascista.
...... pues ya somos dos.
ResponderEliminarMagnifico poema. Enorme sentimiento.