Imagen de Acciòn poètica tucumana
Muchos dicen que en la vida estamos de paso, que hay que vivirla a pleno pulmón, con todos los placeres que ofrece. La amenaza es que pasa pronto y pronto y nos vemos con demasiados años arrepentidos porque quizá no supimos o no pudimos extraer su néctar prodigioso. Y entonces es tarde para hacerlo.
A mí me dicen esto mucho, insistentemente escucho, ey
Silvia, ¿dónde están las primaveras?, ¿dónde hospedas la risa o las canciones?,
¿es que no piensas coser nunca los párpados? ¿Es que no vas a ceder el paso a
la afonía?
Cuando escucho esto siempre me quedo reflexionando sobre el oficio de la poesía.
Sobre este empeño de escribir sobre lo amargo.
Y pienso en otros poetas que se deslizan alegres sobre pétalos y secretos,
bajo la lluvia y los besos.
Y pienso que para mí la vida es placer a ratos muy cortos.
A ratos muy cortos se acercan los ciervos heridos a besar mis
manos.
A ratos muy cortos los abrazos rompen la soledad y sus
tremendos presagios.
A ratos muy cortos veo que hay un horizonte donde podemos
llegar si vamos juntos, los hambreados de amor y de salario.
Por eso, cuando me dicen que no hay que sufrir tanto, ni
escribir tanto sobre lo áspero, yo me quedo pensando en ese día mágico, en el
que cantando, llegaremos a ese lugar sin esclavos.
Y ese día, yo prometo, dejar mis versos de lado para bailar
sin descanso hasta el fin de mi tiempo.
La soledad de los solidariamente comprometidos con la vida ante el llamado de crepúsculos, jazmines y campanas... Gracias, Silvita. Siempre de frente, vos.
ResponderEliminarEse día quiero bailar contigo gitana
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