Viñeta de Kalvellido
Sí,
yo me quejo,
no hay sitio para los poetas,
no nos recuerdan como en otros tiempos
cuando el hambre, el plomo y las cunetas.
Entonces fuimos útiles,
fuimos martillo,
yunque
sable.
Si,
yo me quejo,
quiero estar entre las
mujeres y los hombres,
quiero llenar de aire
los pulmones del silencio,
quiero que me dejen acariciar a los muertos,
quiero apretar los dientes de mis versos
y abrir su pecho para que la realidad les dispare.
Pero no hay sitio para los poetas,
no hay lugar para canciones,
no hay tiempo para escuchar el eco de nuestros corazones.
Y yo me quejo,
quiero estar a vuestro lado
con estas pocas palabras,
con esta garganta
ardiente
con estos dedos solitarios.
Sí,
yo me quejo,
sin vosotros
Silvia es nada.
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