Qué vergüenza da España, esa España patriotera de toros,
fútbol y mantilla.
Esa España que bendice la ira desatada contra las urnas.
Esa España que sabe mucho de odio y poco de poesía.
Qué vergüenza dan sus caras gastadas por el sudor y el
hambre, qué vergüenza verlos pidiendo a pleno pulmón respeto a la ley y el
orden.
Qué vergüenza dais españolitos, esclavos de viejas ideas,
lameculos de caciques, mamporreros de quienes roban a vuestros hijos pan y
salario dignos.
Qué vergüenza siento cuando desfiláis sin sentido, casi
descalzos casi famélicos.
Qué vergüenza, por dios, qué vergüenza, vuestro trabajo
esforzado, vuestras penurias al viento, vuestra fiereza desperdiciada en
banderas rojigualdas, en misas de brazo alzado, en plazas atiborradas de
aguiluchos y de necios.
Españoles vergonzantes, vosotros que veis a dios y al rey
como superhombres, vosotros que no queréis una nueva patria, ¿es que no
tuvisteis sed, es que no tuvisteis deudas?, ¿acaso vuestros hijos no
enfermaron?, ¿llegáis a fin de mes con luz y agua potable?
Españoles, qué vergüenza, otra vez os alegráis de la mano
dura y el golpe, de la cárcel para aquellos que no admiten las derrotas.
Españoles, miraros las manos ásperas, miraros la espalda
dañada, miraros los pies a rastras camino de las limosnas.
No seáis otra vez la vergüenza de esa España que se alza con
el puño levantado.
De esa España que murió arruinada y está dispuesta a nacer por
la democracia.
No seáis otra vez la vergüenza de esa España que empieza a
morir de rabia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario