Todos sabemos que en el año 2014 el parlamento catalán rechazó
el derecho de autodeterminación del pueblo palestino, saharaui y kurdo.
Todos sabemos también la admiración que han sentido Pujol y
Mas por los sionistas.
Estos días el gobierno catalán, por lo visto, hace guiños a
Israel para que medie con España.
Mal padrino para este bautizo.
Si yo fuera catalana lo último que desearía es tener como
aliado a una Bestia.
No es que yo esté en contra de su derecho a ser lo que
quieran ser, todo lo contrario, es lo mismo que deseo para mi pequeño país,
Euskal Herria, pero no a cualquier precio.
No vale todo.
Viajar con Israel obliga a limpiar servilmente los caminos
llenos de sangre.
Viene naciendo un nuevo país, viene naciendo digno, pero
como en el parto permitan que Israel esté presente, se presagia un parto
doloroso donde estarán muy solos.
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