Que despierten los pueblos
que caminan ciegos.
Se acercan las bestias
a conseguir la victoria
del hambre y del plomo,
del hambre y del miedo,
del tiro en la tripa,
del sable oxidándose en sangre caliente
mientras ellos duermen.
Que despierten
los que nunca se atreven
a mirar el terror de las muertes.
Abrid esos ojos malditos, esos párpados quietos
que las cruces antiguas se agitan sin miedo.
Vendrán a por todos,
también a por ellos,
también querrán hacer con sus huesos
astillas para el fuego.
Que despierten los ciegos,
vienen a por todos.
También a por ellos.
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