sábado, 23 de noviembre de 2019

En el sur



A esta hora hay ruido de sables en el Sur. En el Norte los afilan lentamente y ordenan clavarlos en la yugular de los indios.
Los militares juegan al dominó sobre la espalda de los torturados y los evangelizadores con sus dioses blancos tiñen de miedo al pordiosero que los escucha.
A esta hora en el sur suenan tambores de guerra, sobran campesinos en aquellas tierras.
Apagaron las luces que iluminan la verdad, nadie quiere alumbrar las calaveras.
Se defienden a oscuras. A pesar de su soledad, se niegan a la mansedumbre.
Pero en el Norte, ay, en el Norte, debaten siniestros o ingenuos si es el exilio de Evo merecido, si es la cárcel de Lula un buen castigo, si fue el Golpe en Honduras la forma mejor de enderezar lo que estaba torcido.
Ay, en el Norte, en la conciencia ilustrada, se empeñan en esparcir la idea de que todo estaba mál, de que no se pudo evitar, que el patriarcado tuvo la culpa, que hicieron truco en las urnas, pero no dicen nada de la represión militar, no dicen nada de los asesinados, ni encarcelados, ni desaparecidos, ni mutilados.
Ay, en el Norte, en el Norte del pensamiento hay sureños que callan o aplauden lo que está sucediendo.


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