Si te cruzas de brazos
cuando mueren de lejos,
cuando es lejos la pena,
cuando son lejanas las quejas,
no vengas después a pedir nuestra mano,
nuestra cálido pecho,
nuestro tiempo guardado para días de tregua.
Si te cruzas de brazos
cuando es cerca la muerte,
cuando la pena corroe el patio donde envejeces,
cuando es aquí donde la casa se vacía a golpe de leyes,
no vengas después a contarnos que te faltan las
canciones,
que no hay niños riendo,
que se fueron llorando nadie sabe adónde.
Si te cruzas de brazos
cuando rompen los
huesos como si fueran cristales,
con porras, porras, picanas.
Si te cruzas de brazos
cuando el aire se pudre,
cuando se pudre la vida,
cuando es tanto lo podrido que hasta tú mismo lo sabes,
si te cruzas de brazos también entonces,
si nada te importa
y nada te duele
y vives ajeno, vives en paz,
vives risueño y alegre,
eres la coartada perfecta para que la
barbarie nunca se acabe.
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