Aquí quien manda es el trono, el tricornio y el altar.
Como en aquellos tiempos no tan pretéritos.
Y como en aquellos tiempos no tan pretéritos, las càrceles están
llenas de gente que no es genuflexa.
El derecho de pernada, la mano de obra esclava, la hambruna
puerta a puerta.
Las calles silenciosas, los sindicalistas comiendo mariscadas, los
obispos metiéndose como siempre en nuestros ovarios, en nuestra independencia,
en nuestras escuelas y letras, la monarquía blindada por los bufones y cortesanos
que rentabilizan cada besamanos.
Las fuerzas de seguridad asegurándose el salario con
detenciones arbitrarias, acusaciones sin sentido.
Con la ley mordaza en su mano, todo es posible.
Y el miedo derramado por todas las esquinas.
Trono, tricornio, altar.
Los tres pilares que sujetan por la fuerza nuestros pueblos, nuestras banderas, nuestras ideas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario