Viñeta de Kalvellido
Con tanta sobredosis de información trágica he aprendido
a callarme, a no quejarme, a pensar que soy una afortunada en esta inmensa
podredumbre del todo o nada.
Cuando el todo es un trabajo precario y la nada son los piojos, las caries, las muertes de gente
que convirtieron en paria...Me ha acostumbrado a pensar que tengo suerte y me siento extraña con estos pensamientos, como si mi conciencia se hubiera quedado atrapada.
Porque pensar que tengo suerte por trabajar con la amenaza del despido es vivir con la dignidad dándome la espalda.
No debo admitir que soy una persona con suerte como si fuera una plegaria.
Simplemente soy una esclava útil porque no estoy embarazada.
Pero pronto sospecharán.
Y ese día se derrumbara esta suerte extraña con un hasta luego, no vengas mañana.
Y entonces qué haré yo si quiero ser madre y el tiempo me aplasta.
Qué haré si nace sin pan, sin techo ni esperanza.
Qué haré si llora harapiento por estas calles sembradas de parias.
Es mejor que no nazca.
Que no vea a su madre podrida de lastima.
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