Viñeta de Kalvellido
Hace frío. Me levanto de la cama, son las nueve sin leche
y sin pan.
Me visto, se
visten los niños. Nos miramos en silencio.Los tres sabemos que hoy ninguno sonreirá.
Vamos al centro comercial hasta que el cuerpo se temple, allí siempre es primavera.
Después hurgaremos en la basura pero aún es pronto, todo está limpio, brillante.
Es una catedral donde dios cuenta monedas pero no las reparte.
No tengo fuerza
para la esperanza ni los abrazos.
Me pesan demasiado sus vidas, su presente debilitado, sus
miradas piadosas, sus ruegos permanentes de canciones y de comida.
Me duele pensar que todo lo que puedo ofrecerles es este
calor prestado, este futuro mendicante y en harapos.Somos muchos los que estamos tiritando.
Somos demasiados los que cada mañana venimos aquí para templarnos y pelear por el trozo de alimento que cae al suelo, como si fuéramos bestias.
Somos demasiados los vomitados por la impunidad de quienes nos apalean.
Por la noche regresaremos a nuestras casas, el miedo siempre acecha.
No quiero otro día de frío para mis hijos, no quiero más mesas vacías, no quiero verlos en la cruz de la injusticia.
No quiero, joder, no quiero.
No voy a aceptar que mis hijos pasen hambre.
Antes me llevaré a los culpables por delante.
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