Viñeta de Daffunchio y Kalvellido
Dejan de comer para gritar que no puede ser, que no,
que su dignidad se alimenta con resistencia,
que son un pueblo sin rodillas.
Las cárceles aúllan, gritan,la vida está en riesgo,
cada segundo que pasan sin pan,
pone más contra las cuerdas a ese gobierno que los revienta.
No se derrumban los ojos que cantan, que sueñan,
no se derrumban los pueblos que hablan entre rejas,
la impunidad corre por su venas y esto les da fuerza.
Los siglos no pudieron con ellos,
no pudo con ellos el sable,
ni el plomo,
ni el golpe,
no pudo con ellos la historia.
Mucho menos va a poder con ellos el hambre.
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