sábado, 31 de julio de 2010
Una pìldora
Una píldora para soñar,
Una píldora para reir,
Una píldora para follar,
Una píldora para el dolor,
Una píldora para recordar,
Una píldora para comer,
una píldora para viajar,
una píldora para esto y aquello y lo de màs allà,
para vaciar los cerebros,
los corazones,
las lenguas.
Una píldora mágica
que nos acostumbre a vivir en precariedad,
que nos convierta en piedras,
que nos haga ciegos a las cadenas.
Una píldora que nos haga creer que es primavera,
que nos dibuje sonrisas en las calaveras.
Una píldora para los pobres, para los subversivos, para los que se dan cuenta,
para que no tengan conciencia,
para que pongan el lomo
y no les duela.
Una píldora, azul, blanca, amarilla
Una píldora para tragar todos los dìas,
Una píldora que nos muera.
Poema del libro inèdito "Los partos de la bestia"
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Hace no mucho leí un magnífico artículo de Santiago Alba Rico en el que se mostraba en contra de la fantasía, pues la consideraba precisamente algo así como esa píldora a la que te refieres. No obstante, estaba a favor de la imaginación como un instrumento de lo más poderoso para cambiar el mundo. Quizá nos haga falta esta otra píldora, quizá.
ResponderEliminarAbrazos.
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=109277
ResponderEliminarsì, Rafa,leì el artìculo que mencionas.
ResponderEliminary sì, quizà nos haga falta esa otra pìldora.
Un abrazo.