Pobre gente esa que camina con los brazos cruzados
o los hombros agitados.
Pobres de aquellos que cosieron sus párpados,
los que se arrancaron a dentelladas los brazos,
los que dieron un golpe seco y mortal a sus gargantas.
Tristes hombres y mujeres
de salarios a la baja,
triste gente de bozal y soga,
tristes vividores de la historia,
triste su tiempo lento,
sus cheques en blanco,
su memoria,
sus cráneos cóncavos.
Tristes hombres y mujeres
que tienen el pecho hueco
y no llevan, en las venas, sangre.
Y nunca cantan,
y nunca tiemblan,
y nunca se quejan.
Tristes machos, tristes hembras,
tristes de cuerpo entero,
tristes sus labios
tristes sus ideas
y tristes,
muy tristes las huellas insípidas
que a su paso dejan.
Tristes, sí. ¿Sabes que de algún modo a menudo me siento así?
ResponderEliminarUn abrazo.
tristes libros en blanc, libros de vidas llenos de miseria! Acertadísima,
ResponderEliminarAbrasos!