Tina
Modotti se alistó en el quinto Regimiento y trabajó en las Brigadas
Internacionales durante la Guerra de España.
Junto
con Norman Bethune y Matilde Landa organizaron la red de acogida de Almería
para atender a los miles de refugiados que llegaban huyendo desde Málaga de los
feroces ataques fascistas.
No pudo tu corazón con la derrota.
No pudo con el recuerdo de los desesperados que corrían
hasta tus brazos.
No pudo con el recuerdo de aquellos niños flacos que
llegaban locos por la infamia de las bombas que consiguieron demenciarlos.
No pudo con el recuerdo de miles de infancias que huyeron
de los escombros y la metralla.
Porque aquellos ojos rotos, porque aquellos llantos hondos,
porque aquellos cuerpos heridos, menudos, tibios, venían de la barbarie.
Y tú creíste que con tu corazón solo,
que con tus manos solo,
que con tu pecho calmo uno a uno conseguirías arrancarles
de cuajo el horror y las ausencias con las que llegaron a Almería.
Pero en tu corazón anochecía.
El espanto era un gigante indomable que devoraba tu carne.
Y te tragaste la ira a pedazos muy grandes
y les encontraste cobijo y repartiste pan y pudiste
curarles
y conseguiste al fin que algunos pudieran marcharse a vivir
otra vida lejos del miedo y del hambre.
Después llegó el triunfo de los más miserables
y corriste al exilio a continuar auxiliando a aquellos que
en Francia
encerrados en jaulas morían de pena.
Y después hubo otros después.
Finalmente, en México,
la tristeza partió en dos tu inmensa ración de esperanza.
Allí, acabó Tina Modotti, una mujer de leyenda.
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