jueves, 7 de junio de 2018

Jornaleras, yo si os creo¡



Las mujeres jornaleras en Huelva trabajan de sol a sol. Es duro, los huesos se resienten, el salario de limosna consigue apenas amontonar unas monedas con las que engañar el hambre de los hijos.
Pero es que además muchas mujeres que van al campo con su miseria a cuestas son extranjeras, mujeres pobres entre las pobres, mujeres vulnerables, mujeres que viajan por unos meses a este culo de Europa para arrancar de la tierra algún que otro mañana de sosiego.
No las vemos, pero están ahí.
No las oímos, pero están ahí.
Se acurrucan en jergones en los que no pueden dormir porque andan al acecho los patrones y hacen valer su derecho de pernada.
Hablemos claro, las golpean, humillan, violan.
Y en el año 2018 bajo el mismo cielo que nosotras estas mujeres piden la palabra, sin nombre para que no las despidan, sin nombre para que no las castiguen. Sin nombre su palabra se abre paso en esta democracia de esclavitudes.
Es Europa. La Europa de la servidumbre, la Europa que desangra a otros pueblos y cuenta monedas sin avergonzarse.
Esta es nuestra letanía: Pobres entre los pobres atravesando los mares para ponerse cadenas, para recibir más ostias, para ser mil veces violadas.
Y estas mujeres con su dignidad firme piden sólo la palabra, la paz la dieron por perdida el día que llegaron al tajo y se hizo carne el feudalismo.


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