Una vez que hemos visto largarse a Rajoy sin honores, defenestrado
por haber violado la ley hablemos en serio. Venga va.
Los que han tomado el relevo, amiguitos del 155, han hecho
el juego de trileros al que tan acostumbradas nos tienen. Limpiarán un poco, un
poquito, que no se note demasiado, la ponzoña que hay, pero será más de lo
mismo.
Pensaré que desean cambiar las cosas si se solidarizan con
los jóvenes de Altsasu, por ejemplo.
Si Valtonic puede regresar a casa.
Si los exiliados catalanes pueden regresar a casa.
Si nos preguntan monarquía o república.
Si los dependientes reciben su dinero para vivir con mayor
dignidad.
Si piden perdón por el GAL.
Pensaré que en verdad viene un tiempo nuevo si los que
tienen que ir a la cárcel, van, sin indultos y los que tienen que salir, salen,
porque no han cometido delitos o porque están enfermos de gravedad.
Pensaré que están de nuestro lado si hacen lo posible para
que este país recupere la soberanía que perdió con la deuda inmensa y se niegan
a pagar.
Pensaré que son de los nuestros si no hay más desahucios, si
disminuye la pobreza, si los medios de comunicación públicos dejan de ser su
instrumento.
Pensaré que en verdad nos representan, si tienen coraje para
defender a esta multitud que ahora mismo les mira con esperanza y confía en que
quizá mañana podrán pagar sus recibos, sus jarabes, su pan, sus zapatos, sus
libros.
Pensaré que el brindis mereció la pena si una sola de sus
promesas se hace realidad y no son cantos de sirena de políticos con sordera.
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