Qué me importa a mí la muerte apacible
de quien es dueña y
señora
del tajo y de la tierra.
Qué me importan a mí sus rancias distinciones,
sus cortesanos y plañideras.
A mí lo que me importa es
que largas filas de empobrecidos
lloran su muerte
y no piensan
que sus andrajos, su hambre,
es la herencia que les deja.
Qué me importa a mí la muerte de esa pendeja,
a mí lo que me
importa es que el pueblo sigue ciego
y sin conciencia.
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