Viñeta de Kalvellido
Las urnas hablaron alto y claro.
Pueden decir después lo que les dé la gana, tienen impunidad para hacerlo pero lo evidente es que este pueblo quiere hacer las cosas a su manera y que los que hasta ahora estuvieron mandando, lo hicieron con trampas, con indecencia, prohibiéndonos esta democracia de la que tan cínicamente alardean.
Seguramente los que beben champán subvencionado hoy no descorcharán ni una sola botella, mirarán de reojo y rezarán a sus dioses de espanto para que no salga a la luz la verdad de su desvergüenza.
Seguramente también saldrán a los balcones sin poder disimular su fracaso, sin poder aceptar que somos muchos los que no les queremos al lado porque este país es viejo y por su vejez sabe que tarde o temprano podremos construir un lugar dispuesto a mirar el futuro sin mordazas ni prisiones esparcidas a destajo.
En fin, es momento para la alegría pero también para la prudencia, la ambición llama a todas las puertas.
Veremos si encuentran la manera de callar nuestra voz soberana.
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