Viñeta de Kalvellido
El último asco al que esta poeta dedicará unas letras, es a los artistas, a los escritores, a todos aquellos que pueden ponerse en esta orilla del espanto y sin embargo optan por la palabra conveniente, por la palmadita en la espalda por la vulgaridad o la sandez o la actitud pedante.
Y yo sé que soy intolerante con todos ellos, yo sé que cada cual puede plantar cara a la vida de la manera que crea conveniente, esto lo sé, pero cuando se trata de gente que comparte este oficio de poeta o parecido me arden las venas si entretienen el pincel o las letras explicando la forma romboide de sus ombligos. me da asco mirarlos risueños en la presentación de libros, mientras fuera, caen pobrezas, me da asco escucharlos en sus tribunas, mientras fuera, se suceden los desahucios, me da asco mirarlos recogiendo sus prebendas, mientras fuera la cárcel o la tortura o las leyes o las bombas coagulan los presentes.
Porque no es tiempo de callarse, no es momento de mimar a Narciso como si fuera el único superviviente, aquí y ahora son precisas la palabra clara, el valor del compromiso.
Alejándonos de esta realidad, viviendo fuera de ella, somos siervos de los que nos gobiernan.
Y sin libertad, el artista, el poeta, se convierte en un vocero más, en un eco, en un escribidor al dictado del luto y de la sangre.
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