Viñeta de Kalvellido
El asco que nos ocupa este jueves, es el asco a la manipulación. Podríamos afirmar que se trata de una estrategia de las más violentas contra el ser humano, diseñada para esconder objetivos turbios, para tener en calma a la masa, sonriente o furiosa según se diseñe.
Es otra guerra, nada nueva, pero sí cada día más sofisticada. Es una guerra donde el objetivo es despedazar el pensamiento, arrasarlo, convertir nuestros cerebros en objetos cóncavos.
Lo terrible de todo es que son demasiadas las veces que no nos damos ni cuenta, vamos un paso por detrás de los manipuladores, a veces es demasiado tarde cuando agarramos las ideas y las limpiamos de esa costra que nos dejan.
A veces ya están las bombas cayendo sobre una porción de tierra, o estamos enredados en discusiones triviales mientras nos vacían los bolsillos, o nos entretenemos viendo imágenes que no existen, a veces lloramos porque el hambre diezma un país y nos quedamos limpiando el llanto sin pensar que las causas de esto son criminales, que hay responsables, a veces, pensamos que todo lo que ocurre, esta humanidad que cae a pedazos, es algo inevitable, producto de una endémica mala suerte.
Y cuesta sacar a la luz la verdad, es un esfuerzo que debemos hacer permanentemente para conservar esa libertad que sólo nos da el pensamiento sin cadenas.
Y a mí, a esta poeta que hoy habla me asquea contemplar cómo en definitiva, muchos de nosotros fuimos convertidos en marionetas, inútiles para distinguir lo verdadero de lo falso, incapaces de hacernos dueños de esa verdad que estorba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario