Viñeta de Kalvellido
Tengo prohibida la democracia.
Me prohíben jugar ese juego simplemente porque los que mandan no saben perder.
Tengo prohibida la democracia, como tengo prohibida la queja en las calles, y la solidaridad con los pueblos, y tengo prohibida la justicia y la libertad.
¿Existe algo más antidemocrático que un estado que niega estos derechos?
¿Aún queda algún ingenuo que crea que su opinión cuenta, que cada cuatro años castiga o premia?
¿No saben que esta democracia es servil, sumisa a la codicia?
¿No quieren ver que una democracia real no precisa defenderse con tanto puño y tanta cárcel y tanta ley y tanta policía y tanta vigilancia y tanto control y tanta desinformación?
¿Es que los demócratas se conforman con la palabra cínica, con la mentira, con la falta de honestidad, con la violencia permanente, con las evidencias de los delitos, con la liturgia de la propaganda?
¿Se puede ser demócrata y callar las torturas?
¿Se puede ser demócrata y silenciar que en las cárceles hay presos políticos?
¿Se puede ser demócrata y mirar para otro lado cuando miles de personas tienen prohibida la democracia, cuándo a miles de personas se les prohíbe la paz?
¿Puede ser esto posible?
¿Es posible esta paradoja criminal?
Silvia, en serio, ¡por Dios!, te fajaste. Definitivamente sensacional. Felicitaciones.
ResponderEliminarAbrazo solidario y de admiración desde Colombia.
Y las cartas de la democracia, trucadas.
ResponderEliminarAbrazos.