Viñeta de Kalvellido
Para controlar esta inmensidad de mano de obra barata, de gentes cuya vida carece de valor, de personas que cuestan menos que los productos que consumen, de hombres y de mujeres obligados a vivir en jaulas, obligados a comer toxicidades, obligados a errar por la tierra en busca de agua o de semillas.
A esta gente, a nosotros, a los que resistimos en esta orilla lacerante de injusticia, es preciso tenernos a raya, vigilar cada uno de los movimientos, permitirnos un poquito pero nunca demasiado, dejarnos hacer un rato pero no a todas horas y esto se consigue con jaurías de policía.
El sistema considera en su demencia que miles de millones de empobrecidos son los enemigos y no se equivoca, por eso, astuto, cuida sus riquezas con guardaespaldas disciplinados que aseguran la continuidad del canibalismo establecido.
La policía en todos los países tiene la función de paralizar en nombre de la seguridad cualquier movimiento insurgente, su oficio ata en corto, vigila, hostiga, husmea, da zarpazos impunes, babea y no esconde el rabo entre las piernas
Son dóciles con el que los apalea y sin embargo, siniestros con aquellos que se esfuerzan por soltarse las cadenas.
Son también enemigos, son también herramientas, son también esclavos.
Son también piezas de este engranaje macabro pero les gusta el látigo, la brutalidad, han sido entrenados para la violencia, para la ceguera, para la amnesia.
En este mundo la policía es necesaria para la supervivencia de unos pocos.
Para los miles de millones restantes es necesaria la desobediencia.
a los que dan como propina los huesos sobrantes del festín de los amos
ResponderEliminarsalut
Excelente publicación. Clap clap.
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