viernes, 1 de diciembre de 2017

De espaldas


A veces tranquiliza pensar que un día la historia pondrá en claro las cuentas.
Tranquiliza pensar que los que hoy viven la gloria belicista, mañana serán sepultados con la ira de los pueblos que están siendo diezmados.
Quizá entonces Libia, Irak, Siria, Afganistán o Palestina muestren la verdad de sus entrañas a los que quisieron imponer violencia a cambio de democracias y de tierra.
Quizá señalen con sus muertos a los que callaron cada uno de los bombardeos, a los que denigraron cada una de las resistencias, a los que ningunearon el dolor hasta convertirlo en una anécdota, a los que desinformaron para que creyéramos que el problema eran las víctimas, a los que sosteniéndose en su reputación de intelectuales cerraron los ojos y acariciaron al imperio que quiso arrasar con todo.
A veces tranquiliza pensar que la memoria es un ser vivo que pasa de mano en mano, de patria en patria, de siglo en siglo.
Sirve de consuelo pensar que no habrá olvido, que quizá mañana los que hoy caen tiroteados serán honrados con justicia.
Ojalá sea así y lo veamos.
Pero no quiero pensar en el futuro cuando  es hoy y ahora lo que importa: más muertos en Nablus, más gente sin casa, más infancias hambreadas, más grilletes, más cadenas, más infamia.
Y nosotros, de espaldas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario