Viñeta de Kalvellido
Cabizbajos, silenciosos,
sólo brazos.
sólo tiempo que se paga barato.
Solo amén en sus labios.
Arrodillados, encorvados, descalzos.
Qué triste lamer la mano
de quienes llevan los látigos.
Qué triste besar el suelo que pisan,
qué triste pagar por ser esclavo,
con deudas,
con andrajos,
con sudor,
y con muertes a destajo.
Qué tristes los sumisos,
tan tristes y cabizbajos
que no ven volar las vidas
de los que se ponen en pie
para reclamar pan
y una vida digna.
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