Viñeta de Kalvellido
Dicen amén
como si no tuviera remedio el llanto de los niños apedreando
las noches
cuando el hambre es la costumbre
que tiñe de luto las estrellas.
al trabajo a destajo,
al salario apretado,
a los golpes de las deudas que desahucian el porvenir
y lo condenan.
y a veces se arrodillan para regalar a plazos sus
plegarias,
y a veces creen que la vida siempre fue esta miseria a cuatro patas.Yo quiero explicarles, que existe la pureza de respirar con libertad,
que es posible beberse de un trago la impotencia
para ponerse en pie a pesar de las derrotas que nos cuentan.
Dicen amén
y yo les digo: Es posible.Prohibir la riqueza aún es posible.
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