La masacre de la carretera Málaga-Almería, conocida popularmente como la Desbandá, fue un ataque a civiles ocurrido en febrero de 1937, tras la entrada en Málaga de las tropas franquistas. Una multitud de refugiados que abarrotaban la carretera huyendo hacia Almería (ciudad bajo control republicano) fue atacada causando el asesinato de aproximadamente 5.000 civiles y con un éxodo, según recientes estudios actualizados, de en torno a 300.000 personas, Esta muchedumbre que huía atemorizada de la represión del criminal general Queipo de Llano estaba compuesta en su mayoría por mujeres y niños, que tuvieron que salir de la ciudad y pueblos del entorno mientras eran bombardeados desde el aire por la aviación alemana e italiana y desde el mar por buques franquistas.
Huían con lo puesto,
En el cielo o a los lados el horror era tan cierto
que dudaban entre seguir avanzando o quedarse quietos.
La hiel de los enemigos
fue pudriendo el paisaje:
Recién nacidos abrazados por madres muertas,
familias completas en las cunetas,
muñones sin nadie que los nombre.
Ni dios tuvo piedad.
Acorralados por tierra, mar y aire,
el espanto se cumplió al dictado.
Cabe mucho miedo en un corazón
cuando huir y morir es todo a un mismo tiempo.
Cuando la vida depende de un paso de más o de menos,
cuando la brutalidad se esparce y crece.
La orden de aniquilar a los que huían
fue como un mandato divino.
Cara al sol con la camisa nueva
cara al sol cegados por su bandera.
Cara al sol sin conciencia,
cara al sol hasta despiezar el éxodo
que intentó en vano escapar
por la carretera.
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