¿Cómo no odiar
esa mala costumbre de
besar labio a labio, de matar a deshora,
de caducar la esperanza,
de esparcir su violencia leprosa
si cada vez que te nombran
son millones los que visten tus andrajos?
¿Cómo pensar, riqueza, que tus privilegios vienen de la
sangre o de la nada,
de la suerte o del trabajosi yo sé que llevas a rastras por la historia sepulturas vacías de memoria,
pueblos caídos a pedazos,
carne deshecha por los piojos,
hambrunas feroces que se olvidan?
¿Cómo no odiar, riqueza, a los que te respiran
si yo sé que son los culpablesde esta violencia repartida,
de este espanto de cifras y de vidas
que peregrinan entre la sed y la ausencia de comida?
¿Cómo no odiar
sus rostros amarillos,
sus placeres siniestros,la muerte que germinan?
verdugos ricos en sangre,
si cada vez que os llamamos una letanía de horrores
apedrea el corazón de cada uno de los pobres?
Estos egos de puta, no me inspiran odio Silvia, sino que me compadezco de ellos.Están enfermos y no lo saben.Putos ignorantes.Un abrazo.
ResponderEliminarNo son seres humanos; son animales............
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