miércoles, 31 de agosto de 2011
Los soldados
Viñeta de Kalvellido
Y mientras es masacrado un pueblo, el Libio, hay quienes desperdician su tiempo y sus letras buscando excusas tan salvajes como la metralla.
Y en casos como este, como tantos, la irresponsabilidad de los opinòlogos, de los escribidores, de los cortesanos de la pluma y las ideas es vergonzante.
Ganan su jornal gracias a la sangre que se derrama entre las balas.
Sus líneas zigzagueantes, sus donde digo diego, su retahíla de frases hechas, de frases peligrosamente susurradas por el amo, ponen una vez más en el paredón a otro pueblo que resiste la violencia de la codicia, de la invasión.
Y yo me pregunto si algún día rendirán cuentas, si algún día verán nítidamente con quien y con qué han estado colaborando, si algún día verán que sus dedos son soldados de unas guerras lejanas donde la gente muere de verdad.
Y yo me pregunto si esta soldadesca ilustrada, bien nutrida, bien pagada no es capaz de levantar la vista un instante para mirar la realidad sin miopías interesadas y así darse cuenta de que escriben al dictado de los fabricantes de noticias o lo que es lo mismo, de los fabricantes del crimen, la mentira y la impunidad.
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