Viñeta de Kalvellido
Con sus mil lenguas desatadas, con su verde clamor de esperanza, las calles se llenan de rabia.
Y las cárceles detienen su dolor para escuchar a un pueblo que canta en medio de una tarde negra, negra, negra de democracia.
Las conciencias que no duermen la siesta han partido en dos el silencio de una ciudad vigilada.
Se alargan las voces que recuerdan las cadenas perpetuas, los presos enfermos, los cautivos esparcidos .
Hoy Bilbao fue una ciudad girando alrededor de un sólo grito, el grito único de la paz.
De esa paz sin tortura,
de esa paz que entre rejas no sabe rendirse.
De esa paz que hoy hablò claro para decir:
aquì estamos, no os olvidamos.
Para decir:
no habrá paz sin justicia.
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