domingo, 15 de noviembre de 2009

El calentòn

Yo también quiero ser importante por eso mi deseo es hablar sobre el cambio climático.
Para no quedarme fuera de esta histeria debo entonar el mea culpa, golpear mi pecho y arrodillarme ante la verdad de Al Gore, el mesías.
Si, señor, yo también soy culpable de todo lo que usted pregona, de todo, incluso si me presiona soy culpable de los cambios climáticos que sucedieron antes de la industrialización.
Le obedeceré pagando más impuestos aunque esto me empobrezca, defenderé el uso de biocombustibles, pondré paneles solares en mi casa, potenciaré el uso de las energías renovables, apoyaré la compra-venta de créditos de carbono.
Si , mi señor, no me importará que los países en vías de desarrollo se queden eso, en desarrollo, no me importará otra cosa que no sea el cambio del clima, estaré atenta a las catástrofes, asumiré como inevitable los muertos por malaria, si , mi señor, mi mesías, véndanme porciones de su imperio , háganme rehén de sus intereses, usted tiene la verdad incuestionable, perdóneme por ser una más de las causantes de tanta barbarie.
Sálvenos con sus propuestas delirantes.
Y si viene alguien a diseccionarme el corazón mostrándome que se está evitando el debate más importante, el del hambre, les diré que se vayan a otra parte, que primero hay que salvar el planeta y después a sus habitantes.
Si insisten, y se extrañan porque vamos todos en este discurso sin lagunas, les diré que no pueden estar equivocados los ilustres señores de la ONU, y si me dicen que Al gore, es otro individuo supeditado a intereses económicos, les contestaré que tiene el nobel de la paz, el príncipe de Asturias y un Òscar de Hollywood.
Estoy preparada para asumir que unos pocos intentarán disuadirme, que querrán explicarme que el debate está secuestrado, que esto es ecoalarmismo y esgrimirán argumentos convincentes, presentarán a científicos en desacuerdo, querrán desviar la mirada hacia otras cuestiones mucho menos relevantes, casi insignificantes.
Pero yo no les haré caso, sólo son un puñado de herejes.
Al Gore sabe de esto, ha venido para salvarnos, dice que estemos callados mientras hacen números los ecoempresarios

5 comentarios:

  1. Yo soy de la opinión de que la resolución de problemas como el hambre, los niños que agonizan enfermos de malaria, el cambio climático, los obreros que se parten la cabeza al caer de un andamio, entre otros muchos, no es cuestión de prioridades. Que hagamos lo imposible por frenar el calentamiento golobal -y no me refiero a las soflamas interesadas de Al Gore y otros muchos- no quiere decir que debamos abandonar la cuestión del hambre en el mundo. Yo pienso que todos estos problemas son el fruto envenenado del mismo sistema. Un sistema que para mantener su aberrante huida hacia adelante mediante la acumulación de la "riqueza" en pocas manos se nutre fundamentalmente de dos veneros que para nada son inagotables: el ser humano y la naturaleza.

    Aquéllos que no se preocupan de lo uno, tampoco lo hacen de lo otro. E, igualmente, los que se ocupan de uno de esos dos aspectos, jamás deberían olvidarse del otro.

    Abrazos.

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  2. Si, absolutamente de a cuerdo contigo. Pero parece que en los ùltimos años, por intereses ajenos a a bondad, a la solidaridad, el cambio climàtico ha arrinconado cuestiones muy tràgicas.
    De ahì mi cabreo.
    Un abrazo.

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  3. Muy buen texto. Muy bien llevada la ironía, el sarcasmo. Excelente artículo. Besitos

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  4. al gore, nuestro amo juega al esclavo
    vencedores
    vencidos

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  5. Al Gore, solo hace negocio del cambio climatico.
    Mas acciones, menos conferencias.
    Un Saludo

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