sábado, 10 de diciembre de 2011

Los apòstoles


Viñeta de Kalvellido

Cada día que pasa la bestia avanza, dejando a su paso cadáveres, hambrunas, escombros, metralla.
Cada día nuevo un país, un domicilio, una piel, un futuro, es quebrado a golpe de fusil o de moneda.
Y los apóstoles de esta felonía, aquellos que representan a los pueblos, defecan sobre las democracias al mismo ritmo que eyaculan.
Y estos seres mesiánicos, bien entrenados y nutridos, no tienen alias, pero sí delitos. No están en la cárcel pero sí son asesinos. No están ciegos pero sí dan palos hasta dejarnos muertos.
Y juegan a las profecías augurando un mundo peor del que ellos nos fabrican.
Y si quedan dudas, aprietan los destinos con sus jaurías, con sus miedos, con sus presidios.
Y mueven los hombros mientras crece la desesperación.
Y subrayan los horrores bajando los pulgares, ahuecando el pecho, riéndose a nuestra costa.
Y mientras tragamos sus ostias en esta eucaristía fanática, los elegidos se pasan el testigo de sus crímenes, comulgan y tan amigos.

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