jueves, 30 de junio de 2011
La trituradora
Viñeta de Kalvellido
Esta realidad que vivimos además de ser grosera en sus formas, en la manera de hacer propaganda, en los métodos utilizados para saquear las voluntades, es siniestra.
Y nada funciona como debería.
Nada.
La descuartizadora continua su trabajo a tiempo completo, empujada por los siervos de los parlamentos, de los sindicatos y de algún que otro demente bien remunerado que hace de vocero de este sistema que nos revienta.
Y a estas alturas creen que no son necesarios los eufemismos, hablan claramente, nos señalan a los empobrecidos, nos obligan a trabajar más por menos, nos expulsan de su círculo vicioso si no producimos, nos mandan matar si estorbamos en la tierra que codician, nos mienten sin pudor, manejan nuestra conciencia, nos muestran una vida idílica que jamás tendremos, nos atiborran de productos innecesarios que pagaremos con nuestra esclavitud a plazos, educan a los hijos que tenemos para que sean dóciles, nos dan droga para que no pensemos, ponen el precio de los alimentos, se inventan guerras, democracias, enemigos, usan todas las técnicas para que no surjan las preguntas, para que continuemos mansos, para que caminemos como asnos.
A veces es tan evidente que somos conducidos a un nuevo estado de esclavitud que necesitan aliviar tensiones, dejar que pensemos que aún somos nuestros dueños y entonces fabrican alguna queja, la difunden, permiten que nos sintamos libres por un rato, desobedientes, contestatarios, dejan de atarnos en corto, aflojan las cadenas para que no nos hagan tanto daño pero cuando pasa el tiempo necesario, cuando la impotencia y la frustración de vivir en este orden de mierda va descafeinándose vuelve la maquinaria a destajo.
El engranaje de nuevo está en perfecto estado.
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