jueves, 22 de abril de 2010
Tambièn nosotras
También nosotras vemos los cadáveres insepultos, también a nosotras nos arde la sangre, se nos envenena, cuando la tortura, cuando las cárceles, cuando se pudren los pueblos y los ríos se mueren y se crucifican las libertades.
También nosotras repartimos porciones de esperanza y no admitimos limosna.
También nosotras nacimos de la tierra y sentimos su pálpito en nuestro vientre. También nosotras llevamos los nombres a cuestas y pedimos las cuentas claras y tenemos marcas de vidas violentas y nos abrimos las venas y pasamos sed y hambre.
También nosotras salimos a preguntar si los han visto.
También a nosotras se nos agostaron los sueños y tuvimos que parirlos de nuevo una y otra vez hasta morirnos.
También nosotras llevamos canciones en los labios y nos cuelga la tristeza por los cuatro costados pero aún así continuamos luchando.
También nosotras vivimos en este reino de cebolla y crimen y letargos y nuestras casas también son humilladas y nuestros cielos se vacían de pájaros y nuestras noches también destilan el horror de los puñales.
También profanan nuestros lechos y nos machacan los huesos.
También a nosotras.
También nosotras cruzamos la larga noche de la historia y amamantamos los hijos y buscamos a tientas los paraísos.
También nosotras vivimos entre harapos, entre escombros, al borde, en el abismo.
También nosotras.
Entonces, ¿por qué?, ¿por qué la memoria nos pasa de largo?, ¿por qué? ¿por qué llevamos siglos escuchando el mismo estribillo?, ¿es que nadie oye lo que decimos?, ¿lo que dijimos?
¿Cuándo se darán cuenta que el “HOMBRE” ha muerto y es preciso reinventarlo, hacerlo de nuevo, sin defensas, con solo ternura? ¿con sólo corazón por toda idea?, ¿cuándo bajarán la guardia y vendrán a nuestras casas limpios, sin sus razones, sin sus dogmas, sin sus denteras?, ¿Cuándo?,
¿Cuándo, maldita sea, será verdad que en medio de tanto ruido revienta el grito del hombre nuevo que al fin ha sido parido?
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La ternura es peligrosa: une. La violencia que se nos muestra a diario, que nos asalta a diario, no es gratuita; trata de implantarnos en el corazón, y vaya si lo logra, la semilla del odio, del miedo y el rechazo a los otros. Es el divide y venceras. No obstante, aún es posible arrancar esa semilla estéril de los corazones. Un abrazo, Silvia.
ResponderEliminarAh, yo creo que el lema que reza en esa fotografía con esos burritos tan tiernos, no es del todo cierto. Yo creo que se tratan más bien de opiniones de una poeta en pie de paz, pero bueno, no es más que otra opinión subjetiva.
ResponderEliminarEl dia que el patriarcado cave su foso, el hombre sera libre, como genero y especie.
ResponderEliminarBesos