¿Dónde están?
¿Dónde están los intelectuales, los zurdos qué desafían, que retan libremente?
¿Dónde?
¿Dònde están cuando se les necesita?
¿Por qué no dicen basta?, ¿les parecerá conveniente la mordaza?, ¿les parecerá un mal menor la asfixia cotidiana?, ¿la desintegración de la justicia?, ¿les parecerá que esta es una realidad masticable para todos o digerible sólo para unos pocos?
¿Dónde están sus consignas?, ¿Por qué tanto besamanos?, ¿por qué rendir tanta pleitesía?
¿Dónde, dónde se esconden cuando es preciso hablar alto, claro, cuando es preciso gastar la voz, cuando es urgente usarla hasta la afonía, hasta romperla de tanto grito, de tanta nausea?
¿Dónde están? ¿defendiendo qué?, ¿dando la cara por quién?, ¿por qué menosprecian a todos aquellos que se arriesgan?, ¿a todos aquellos que pelean para no ser cómplices, para no ser mamporreros, para no ser falsos adoradores de becerros?
¿ En qué lugar pervirtieron su palabra hasta convertirla en puta palaciega?
¿Por qué maldita sea deshonráis de esta manera a todos aquellos que ponen su vida, su trabajo, su decir como bandera?
¿Dónde estáis poetas, escritores, pensadores, palabristas del sistema?
Acaso ¿no oís el ruido de vuestras cadenas?
Muchos de ellos pisando moqueta y viviendo de la subvención, otros de transformistas como diria Gramsci y poniendo su pluma a disposicion del capital.
ResponderEliminarUn Saludo
Por suerte, alguno conserva la voz...
ResponderEliminarDel capitalismo como sistema parásito (Zygmunt Bauman) en
http://www.lahaine.org/index.php?p=42311
Salut!
En aquel país nada se admiraba más que la destreza. De modo que a aquellos que eran acusados de ser zurdos les era amputado, sin mediar jucicio alguno ni aun sumarísimo y de inmediato, el brazo izquierdo. Al principio el número de mancos creció sin medida, pero bien pronto cesó la cirugía. Y se comenzaron a ver infinidad de prótesis. No obstante, lo peor estaba por venir: como una moda más, bien pronto comenzó a estar mal visto pensar. Hoy la mayoría de sus ciudadanos trabajan en cualquiera de las muchas fábricas de guillotinas que han ido surgiendo ante tal oportunidad de negocio.
ResponderEliminarAbrazos.
La izquierda intelectual esta tan apoltronada en sus mínimas esferas de poder, está tan inmersa en el engranaje del sitema que se ha convertido en una arista más del mismo destinada a servir de apaga fuegos de los conflictos sociales. Ha olvidado su razón de ser: La revolución social. Una lástima.
ResponderEliminarUn abrazo compañera
Perdón, Juan Antonio, la izquierda intelectual ¿dices? Perdón, de nuevo, pero los apoltronados de izquierdas que conozco -y conozco a muchos y bien de cerca- de intelectuales tienen bien poco. Los intelectuales de izquierda -los pocos que ya quedan, acusados a menudo de burgueses por esa otra izquierda, falsa sin duda, de poltrona, así como también por otros intelectuales hipócritas que se autonominan de izquierda cuando lo único que hacen es hacer el juego a la derecha- por lo general no necesitan apoltronarse; se valen por sí solos.
ResponderEliminarAbrazos.