Creo que a partir de hoy no podré decir que el fascismo entró
en nuestras casas definitivamente (si es que alguna vez salió de ellas).
Ya no podré explicar que la monarquía, su corte, sus
bufones, sus mamporreros me dan asco y les deseo vida, pero fuera. Lejos, muy
lejos de esta tierra.
Tengo entendido que no podré decir que aquí se tortura,
se encarcela, se ningunea a los pueblos hasta convertirlos en muñecos pin pan
pun de su democrática feria.
Me han contado que esta es una democracia de veras, que así
es como debe ser, todos calladitos y en fila, sin formar grupos de más de uno.
Si van dos de la mano es asamblea.
Si son tres es comando y si son más de cuatro, ¡cuidado!,
son terroristas y pueden buscar pelea.
Ay, ¡qué bien vamos a vivir con la boca sellada y la
garganta seca!
¡Qué bien que las leyes estén pa zurcir nuestras ideas!
¡Qué bueno es que nos cuiden de los locos de atar que
agitan las conciencias!
¡Qué gusto da pensar que de ahora en adelante todos irán
entre rejas!
Todos.
Los que se quejan, los que se reúnen, los que agitan las
redes, escriben furia y se rebelan.
Todos pagarán multas por pasarse la raya de la desobediencia:
Los sindicalistas airados, los cabreados en precario, los que guardan la cola
del hambre, los que se sientan para evitar desahucios.
Todos endeudados o en espera de juicios sumarísimos por
tirarse a la calle con la dignidad por bandera.
¡Qué bueno es esto de vivir en democracia!
Demócratas por los cuatro costados nos cortan la lengua,
nos arrancan de cuajo los derechos humanos y nos dejan elegir lo menos malo
cada cuatro años.
Que diosito os bendiga por protegernos tanto.
¿Decir “diosito”, será también pecado, será punible,
puede ser castigado?
Joder, qué lío, ¿decir “joder” es pecado, es punible,
puede ser castigado?
Si me callo reviento, pero si reviento, ¿iré a la cárcel
por enaltecimiento?
Ahora en serio, sin sarcasmos, va siendo hora de aceptar
que está todo atado y bien atado pa defenestrarnos.
Bravo, Silvia.
ResponderEliminar