lunes, 30 de junio de 2014

Poema tonto XVII


Imagen de acciòn poètica tucumana

No me gusta entregarme a   la tristeza con un llanto interminable de derrota.
No me gusta contar los días de orfandades,
zurcir agravios,
husmear emboscadas en los ojos del pasado.
No me gusta el luto en los recuerdos,
 la soledad inevitable de los cisnes viejos,
 las rendijas  por donde se cuelan la rapiña y los abusos.
No me gusta  ser mi coartada,
la razón de mi impotencia,
ser todo el tiempo la que me apuñala los pies,
 la que me dispara la garganta,
la que me dicta imposibles en cada verso,  cada madrugada.
Prefiero cantar con esta voz profunda,
desayunar pan y utopías.
no lamerme una y otra vez las heridas.
Prefiero mirar de frente el odio y sus ocasos,
pagar la deuda del dolor que me asfixia con sus plazos
y dejar en paz mi corazón
a solas,
con sólo palabras de amor y de cordura.

sábado, 28 de junio de 2014

Dìganme


Imagen de Acciòn poètica tucumana

Díganme ustedes si no es horrible vivir en un lugar donde la ternura es acaso mirar de frente a un niño, acaso es desdoblar una abrazo, acaso es besar en los labios a un moribundo.
Díganme si no es horrible vivir en un lugar donde amar es poca cosa, donde odiar es lo corriente, donde el que llora no mama del cáliz de la gente.
Díganme si no es horrible este lugar que habitamos tan solos y desarmados, tan cabizbajos, tan alejados.
Díganme por favor si ustedes ven a los tristes y desahuciados que caminan  sin su pan bajo el brazo.
Díganme  si no es el momento de mandar a este mundo al carajo,
de cargar el fusil y dispararlo a bocajarro contra el espanto de vivir a la sombra de lo humano.
Díganme si ahora no es el momento,
aún estamos a tiempo de amar la vida y odiar sus letargos.
Díganme, por favor, si ustedes ven como yo, un mundo cabeza abajo.
Donde se premia a los brutos y se castigan los huesos rotos.

jueves, 26 de junio de 2014

La promesa


Imagen de Acciòn poètica tucumana

Muchos dicen que en la vida estamos de paso, que hay que vivirla a pleno pulmón, con todos los placeres que ofrece. La amenaza es que pasa pronto y pronto y nos vemos con demasiados años arrepentidos porque quizá no supimos o no pudimos extraer su néctar prodigioso. Y entonces es tarde para hacerlo.
A mí me dicen esto mucho, insistentemente escucho, ey Silvia, ¿dónde están las primaveras?, ¿dónde hospedas la risa o las canciones?, ¿es que no piensas coser nunca los párpados? ¿Es que no vas a ceder el paso a la afonía?
Cuando escucho esto siempre me quedo reflexionando  sobre el oficio de la poesía.
Sobre este empeño de escribir sobre lo amargo.
Y pienso en otros poetas que  se deslizan alegres sobre pétalos y secretos, bajo la lluvia y los besos.
Y pienso que para mí la vida es placer a ratos muy cortos.
A ratos muy cortos se acercan los ciervos heridos a besar mis manos.
A ratos muy cortos los abrazos rompen la soledad y sus tremendos presagios.
A ratos muy cortos veo que hay un horizonte donde podemos llegar si vamos juntos, los hambreados de amor y de salario.
Por eso, cuando me dicen que no hay que sufrir tanto, ni escribir tanto sobre lo áspero, yo me quedo pensando en ese día mágico, en el que cantando, llegaremos a ese lugar sin esclavos.
Y ese día, yo prometo, dejar mis versos de lado para bailar sin descanso hasta el fin de mi tiempo.

miércoles, 25 de junio de 2014

El precio


¿Cuánto vale una tonelada de niños palestinos muertos?
Menos que un niño rubio al que le roza las mejillas una bandera azul y blanca.
¿Cuánto valen los cuerpos muertos de los niños palestinos tiroteados sin descanso?
Menos que un niño rubio, lejano y triste, que se aburre a la sombra del muro de los lamentos.
¿Cuánto valen los ojos reventados, los brazos diseminados, los corazones agonizantes  de los niños palestinos?
Menos que el valor que tiene el prepucio de los niños rubios que van risueños a rezar o a  aprender salmos.
¿Cuánto vale la muerte de los niños palestinos que caen y caen y caen  con su pena grande, con su sed muy honda, con su infancia galopando entre el miedo y los sables?
Menos que el valor  del  zapato con el que camina el niño rubio  sobre la tierra robada a los hijos de otros dioses.

martes, 24 de junio de 2014

A cal y canto


Hoy muchos son los pueblos que se desangran. Y su voz apenas se oye, apenas son un fugaz e insustancial recuerdo, apenas unos niños muertos, unas casas desoladas, unos sicarios pasando a cuchillo poblaciones enteras.
Apenas muestran esto, algo de sangre, algo de ruinas, algo de sed o algo de hambre.
El enemigo, que por cierto, es el mismo enemigo para todos, es un ser amable que desea mantener su imperio de esclavitud y por eso financia masacres.
Pero las bocas están cerradas a cal y canto, las conciencias, cerradas a cal y canto, el silencio de los que están entrenados para desbrozar la propaganda y mostrarnos la verdad limpia es demasiado perverso.
Es mejor distraer las palabras, hacer con ellas juegos malabares.
Es mejor no llamar a las cosas por su nombre.
No vaya a ser que nos llamen comunistas.
 Los muertos son del fascismo,  a sueldo de la bestia y sus lacayos.
La vieja historia con nuevos muertos pero nuevas cobardías.
Qué triste es  comprobar que el silencio  de muchos escribanos  zurdos  deja huérfanos a ciertos pueblos y a otros, les dan la mano.

lunes, 23 de junio de 2014

El credo

A estas alturas creo en pocas cosas.
Pocas son las palabras que se quedan, pocas las personas que se quedan, pocos los recuerdos que valen la pena.
Aún creo que es posible despertarse un día con  con el pan sobre todas las mesas, con la paz sobre todas las banderas, con la vida derramándose, tibia, sobre cada infancia y cada día.
Son pocas cosas en  las que creo o también son muchas, no lo sé.
Quizá porque son demasiadas  o porque son inmensas o porque son tan simples, tan sencillas, tan comunes, vivo el desasosiego de no verlas cumplidas, la incertidumbre de saber que voy a morirme y quizá no haya visto el principio de ni una sola de mis utopías.
Hoy la historia está fabricando el jabón con el que limpiará mañana en sus libros toda la sangre.
La sangre que se vierte sobre el cáliz de la violencia más bruta, la violencia del estiércol, del imperio y  la codicia.
 Los pueblos cansados se defienden de las cadenas, de los cementerios donde reina la sumisión, de las tumbas donde caen pateados los muertos de fascismo.
Y soy poeta y no puedo enfermar de ceguera, no puedo fugarme a lugares donde sólo haya primaveras y debo quedarme aquí, en esta tierra, en estos inviernos, con estas cosas sencillas que otros cantores no miran.
Creo, con la urgencia de quien apenas puede hoy deletrear estas palabras, en los que se levantan para decir basta, aunque les ignoren los camaradas, aunque les ignoren los ilustrados, aunque sea su lucha callada y lejana. Creo en ellos y desprecio a los que les dan la espalda.

domingo, 22 de junio de 2014

Princesas

Viñeta de Kalvellido

Se ha dicho de todo sobre Felipito, el rey que millones vemos desnudo, un tipo al que no aguantamos más tiempo, ni a su familia, ni a su diosito, ni a sus cortesanos, pero más allá de esto y de este maquillaje perverso yo veo dos niñas aguantando al sol esta representación teatral y siniestra. Perfectas, rubias, bonitas.
Niñas, que no mueven un pelo en medio de ese espanto, niñas educadas, encorsetadas, niñas a las que viejos decrépitos besan las manos, niñas a las que tratan de usted, niñas que no tienen permiso para nada, ni para bostezar, ni para enrabietarse, ni para llorar.
Niñas que no enferman de insolación.
Tiesas niñas vigiladas de cerca para que sean ejemplo, virtud. Muñecas mudas que adornan una familia excelente.
No quiero pensar en su futuro, porque seguramente se empeñarán en perpetuar lo que simbolizan, porque seguramente no caerán en sus manos ciertos libros, porque seguramente el yugo con el que crecen es tan plomizo que jamás podrán deshacerse de él.
Pero qué queréis, las veo y me estremece su mirada ausente.
Igual que me estremecen las miradas de las niñas maltratadas.

viernes, 20 de junio de 2014

Rèquiem

Viñeta de Kalvellido

Estos días pienso en la necesidad que tengo de  escribir un réquiem. Uno cualquiera para empezar, luego ya vendrán más.
El réquiem de la monarquía no estaría mal.
Escribir por ejemplo:
Se acabaron sus símbolos y sus náuseas,
se fueron con sus sables y sus verdugos,
 desnudos de oro, desnudos de guerra, desnudos.
O escribir por ejemplo el réquiem de la codicia:
Murió desmembrada,
le arrancaron los brazos para que ni muerta pueda robar el pan,
para que ni muerta pueda desafiar la paz.
O por ejemplo escribir el réquiem del imperio:
Lo derribaron, si,
lo derribaron desde dentro,
sus negros brazos, sus dientes blancos, sus indios pobres, sus pobres niños,
lo derribaron ellos, si,
lo derribaron.
O escribir el réquiem de dios:
 Muerto estás, mil veces muerto,
muerto en cada muerte, muerto en cada resignación.
Muerto porque somos libres,
muerto porque no tenemos miedo a ser amor,
a ser amados sin tu mísera bendición.
Y así me gustaría escribir cada día , un funeral nuevo, un epitafio alegre.
De momento me aguanto  la sed de escribir y de brindar.
De momento voy afilando mis letras por si pronto las tengo que usar.


jueves, 19 de junio de 2014

La primavera

Viñeta de Kalvellido

El gran océano renace con sus silabarios,
el lugar enorme donde
vivir  los partos de la furia y del quebranto,
donde sepultar los gritos, los andrajos,
donde dejar crecer a los cantores
como crecen las espigas,
donde dejar crecer  la alegría,
como crecen los jazmines
donde dejar crecer las palabras
como crecen las raíces hasta lo más hondo de la tierra.
Ese lugar enorme donde cada pulmón tiene aire,
donde cada cielo tiene  pájaros dormidos,
donde cada hoja cae levemente
sobre los sueños de los niños.
Ese lugar está escrito
por  viejos escribas,
entre sus blancas barbas germinaron las verdades,
con sus dedos
señalaron cada herida milenaria,
con sus pies quemaron la noche de los esclavos,
las cadenas silenciosas,
los pesebres ostentosos de los amos,
la barbarie que se derrama por los siglos de los siglos.
Ese lugar, si, esa paz poderosa
 está en el corazón mismo
de los que nunca se dan por vencidos.

miércoles, 18 de junio de 2014

La verbena

Viñeta de Kalvellido

Estos días parece que vivimos en un estado de fiesta permanente, la verbena de la monarquía, la del fùtbol,  la víscera fascista desatada, la patria pretérita por todos los lados. Viva diosito, viva el rey, vivan los narcóticos de masas ¡
El pueblo es tonto.
El pueblo no quiere pan, se conforma con el circo.
Esto es lo que desean los propagandistas que creamos, que interioricemos que más allá  no hay nada, que no hay nadie desafiando el espanto de los esclavos.
Que nadie ondea banderas republicanas, que nadie se pone en pie contra la impunidad, que nadie recuerda a los detenidos, a los encarcelados, a los torturados, a los desahuciados, a los hambreados, a los emputecidos.
Que más allá de tanto circo hay un silencio desolador, manso, acostumbrado a las sicosis fabricada por los alquimistas de la información.
Pero lo cierto es que poco a poco las conciencias se van musculando, que  caminamos ajenos a sus métodos, a sus estrategias, a su intoxicación, que poco a poco vamos inoculando en cada arteria el antídoto que nos libera.
Y tienen miedo, eso es lo cierto.
Y cada día son más déspotas, más tiranos. Tienen prisa por dejarnos atados y bien atados, invisibles o encarcelados.

Monstruos radicales, terroristas, zurdos peligrosos, de espaldas a esta verbena rancia de golpistas, de muevepelotas, de ignorancia y mansedumbres varias, no rinden pleitesía y siguen adelante.

jueves, 12 de junio de 2014

Los que no aman

Viñeta de Kalvellido

Los que no aman creen
que es tan efímero el crepúsculo como el orgasmo,
que  es  débil el deseo,
que es tan limitada la ternura que se cuenta por caricias,
que son tan urgentes los besos que caen sin nombre y sin recuerdo.
Los que no aman
piensan que amar es
el delirio de dos cuerpos desnudos.
Los que no aman ignoran que amar
es amar también en las derrotas,
amar las carcajadas,
los lutos,
los arroyos,
el galope de los sueños,
las soledades multiplicadas
los adioses y sus preludios.
Los que no aman
no saben que amar
es vivir entre miel o azufre
mirando a los ojos de quien sufre.

martes, 10 de junio de 2014

Quiero paz

Viñeta de Kalvellido

Quiero paz eso es lo cierto,
pero  no una paz de monaguillos,
no una paz de frías calaveras,
de frías infancias,
de frías sepulturas.
Quiero una paz limpia de plomo y de cenizas,
limpia de codicia,
limpia de odio acechando en cada poro,
en cada frontera,
en cada riqueza.
Quiero una paz que defienda
los ùteros, el semen,  las semillas.
Una paz que no crezca sobre hachas,
sobre sílabas miedosas,
sobre débiles pétalos de muerte y de tristeza.
Quiero una paz de pan,
de palomas labradas con ternura,
de sal,
de tierra sin guerreros que la convierten en yerma.
Quiero una paz que extienda sus manos,
 no para acariciar las larvas del silencio y la mansedumbre,
no para mesar las largas cabelleras de los que a hierro matan.
Quiero una paz de veras.

domingo, 8 de junio de 2014

El derrotismo

Viñeta de Kalvellido

El sentimiento de derrota es un lujo que los emputecidos no podemos permitirnos.
Detrás de la derrota no hay nada, quizá sólo está el consuelo de unos dioses que dan la espalda a quienes de rodillas,  inútilmente, invocan sus nombres. 
Detrás de la derrota sólo está el abismo donde se precipitan hasta los sueños más simples.
Está el “sálvese quien pueda”,  la impotencia, la indiferencia, el sopor, la barbarie.
Detrás de la derrota está su gran victoria.
Durante décadas hemos vivido ausentes de nuestro poder, lejanos a  la certeza de que está en nuestras conciencias el presente y el futuro.
Durante décadas hemos visto a la oligarquía arañar más privilegios, los hemos visto fabricando yugos y pesebres, los hemos visto arrogantes en palacios, en tribunas, con sotanas, con togas, con paraísos, con urnas.
Los hemos visto cínicos, sabiéndose impunes, sin miedo a nuestra fuerza.
Pero los pueblos nacieron para ser libres, las personas nacimos para ser libres y frente a tanto derrotismo sólo nos queda ponernos en pie, aunque duela.
Las calles, los barrios, las plazas, se llenan de gente que al fin dice: es posible lo imposible. 

viernes, 6 de junio de 2014

Los estorbos

Viñeta de Kalvellido

Ellos lo que quieren es un pueblo manso.
Sin memoria, sin voz, sin ideas.
Su propósito es desarmarnos definitivamente, con leyes y con miedo, con cárcel y con golpes, con andrajos y con hambre.
Tienen prisa por conseguirlo,  les estorban las urnas, las verdades, las preguntas.
Les estorban los campesinos que reclaman pan y tierra.
Les estorban las banderas que ondean.
Les estorban los recuerdos a cuneta, hiel y sangre.
Les estorban  los jóvenes, los enfermos, los desempleados.
Les molestan los poetas, los cantores, los dibujantes, los rebeldes, los okupas, los extranjeros, los desahuciados, las que abortan.
Es decir, les molesta todo aquel que sea libre.
Y cada vez somos más, cada vez hacen más ruido las cadenas.
Cada segundo que pasa, una nueva conciencia se levanta.
Y cada segundo que pasa inventan  nuevas formas de cosernos los labios, de hundirnos en la impotencia, de matar nuestra libertad con sus ráfagas.
Saben que  está  cerca el día en el que viviremos sin rey, sin dios y cada uno en su patria.

miércoles, 4 de junio de 2014

Podredumbre

Imagen de Ekinklik

La tortura, está aquí, a nuestro lado, haciendo la picana al joven del barrio, sometiendo a abusos a la mujer que todos los días nos cruzamos, machacando al hombre risueño que nos cede diariamente el periódico o nos saluda amable en el metro, golpeando en el estómago a quien hoy día nos vende los cd`s pirateados..
Está aquí, nunca se ha ido. Nunca ha sido una cuestión de primer orden. Nunca ha estado en los labios de quienes tienen la obligación de evitarla, de prevenirla, de castigar ásperamente a quienes con impunidad afilan los puños cada vez que detienen a un vulnerable.
Y todos los años los informes son estremecedores.
Y cada vez peor porque aumentan los casos pero  son más silenciosos, por miedo a represalias mayores, por desconfianza, por desamparo.
Y de espaldas a esto, la democracia se maquilla con algún triunfo en la urna, con algún fulgor, con algún sueño compartido.
De espaldas a la tortura  parece que se podría construir algo nuevo, una nueva esperanza que permita empezar de una vez por todas.
Sí,  yo sé que decir las podredumbres  en voz alta es un riesgo.
Pero también sé que nada cambiará mientras la izquierda que habla  de justicia social no abra los ojos y tenga presente esto hecho, que año, tras año, se repite al amparo de su indiferencia o de su cobardía.  


lunes, 2 de junio de 2014

Los idiotas

Es verdad cuando se dice de mí que soy intolerante.
Soy muy intolerante, claro.
 Y radical, por supuesto.
 También soy independentista, republicana, comunista, anarquista, socialista, todo, soy todo lo malo, lo pésimo, soy lo peor.
También soy atea y feminista, poeta, frígida, amargada, lasciva.
Soy un monstruo  que menstrua.
Soy un asco, un espanto,  un cero a la izquierda de la izquierda.
Soy exigente, descreída, no creo en mesías.
No comulgo con mentiras, con farsas ni imposturas.
Me joden las personas que joden a las otras.
Me joden los escribas que cierran los ojos.
Me joden las palabras que no dicen nada.
Me joden los que no sienten el yugo.
Me joden los que votan y creen que sólo con eso cambiarán las cosas.
Me joden los que acarician al imperio, con sus manos a o con su silencio.
Pero sobre todas las cosas, me joden los idiotas que callan porque no les conviene señalarse, porque no les viene bien que les señalen.
Porque son unos cobardes.
Me joden sobre todas las cosas los idiotas que guardan sus opiniones no vaya a ser que les acusen de inventarse la sangre, de inventarse los niños, de inventarse  la muerte que cae sobre los hombros de un pueblo que resiste día a día una  embestida fascista.

domingo, 1 de junio de 2014

Los escribas

 Las palabras
no hacen su sortilegio,
 son como piedras,
(inermes huesos de la tierra).
No acortan la distancia
 entre las patrias
que mueren,
callan  las cruces gamadas que se clavan,
callan  el grito partido en dos,
los sudarios infinitos y podridos,
las casa derruidas,
el coraje con sus cenizas

El dolor que enmudecen los escribas,
es sangre tibia y silenciosa,
sin voz, sin letra,
 sin lugar en las retinas ni en las líneas.
El dolor que enmudecen los escribas,
la palabra de justicia nunca dicha,
sepulta la verdad de las masacres,
desempolva el fascismo hasta dejarlo limpio
 y deja a la intemperie para siempre
este oficio  de ser libre.