martes, 6 de julio de 2010

Acoso laboral

Viñeta de El Roto

I

No coloqué gusanos en la harina,
ni escupí sobre la masa,
ni enfermé cada día.
Yo no olía a sudor,
ni a pocilga.
Simplemente no acepté el despido.
Y dije no,
yo no firmo.
Y dije no,
un “no” sencillo.
Y dije no,
yo no me rindo,
yo no me arrodillo.
Demasiados años sin domingo,
demasiadas manos calcinadas,
demasiadas fiebres trabajando.
No.
Yo no firmo.
Yo no regreso a casa
como un viejo va al exilio.
No.
Yo no firmo.
De nada sirve un hombre
que hace de la rendición su único estribillo.

II
Uno a uno fueron marchándose.
Se acercaban al borde mismo de la vida
con el armisticio del despido
y se bebían la última taza
y masticaban el último pan
convertidos en musgo,
en piedra,
en ceniza.
Los veía alejarse,
sin ser grito, sin ser queja, nada.
Los veía morirse en pie
mientras caminaban
hacia sus casas
con unas monedas,
unas plegarias y mucha,
mucha vergüenza.

II

Se quedó solo en medio del tiempo lento.
Se quedo solo,
de cualquier modo.
Se quedó solo,
con un silencio hostil
derramándose gota a gota,
con un temblor de niño sin regazo.

Solo.

Solo con su coraje.
Hasta que cayó de bruces el hombre
que prefirió el ayuno
antes que regresar a casa
atravesado por la humillaciòn
de una firma sin justicia.

Poema del libro inèdito "Los partos de la bestia"

4 comentarios:

  1. "De nada sirve un hombre que hace de la rendición su único estribillo"..., Excelentes versos...Espero que los "Los partos de la bestia" que se están gestando a fuerza de grito, de golpe, de lucha, no tarden en ver la luz, y alumbrar lectores
    ¡Un abrazo!

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  2. je, je, Mak, es un poemario que sòlo verà la luz en internet, obviamente es impublicable, da un repaso àspero a todos los tipos de violencia, esta es la razòn por la que lo voy soltando aquì, a ratitos. Un abrazo, Silvia.

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  3. Bueno Silvia, ya veremos...,
    tal vez el parto sea complicado y doloroso, pero mi bola mágica me dice que este poemario cuando menos te lo esperes saldrá a caminar

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  4. bueno a estas alturas, en ese sentido yo ya no espero nada, siento decir que tu bola màgica andarà bastante descacharrada mirando a esta vasca y a sus poemas condenados al horror del vacìo, je, je, un abrazo.

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