lunes, 12 de julio de 2010

Gù- gù

Imagen de Laratagris

La realidad vomita argumentos reducidos al absurdo que parecen más bien dirigidos a gente con cráneos deformados, parten de la premisa de que somos menores de edad.
La cosa viene de tiempo atrás, deduzco que esto tiene que ver con el empecinamiento desde órganos poderosos de convertir la cultura, el conocimiento, en algo amorfo que se compra y se vende.
Y así las cosas, desapareciendo las ideas que germinan otras ideas, vamos quedando en este estado de aborregamiento, vamos dejando de mover las conciencias. Es mejor que estén quietas.
Y así las cosas mucho circo, poco pan, robo de palabras, saqueo, borrón y cuenta de nueva de figuras relevantes, nada de poesía, nada de canción que levanta el puño, financiemos la edición de libros que no rozan los esquemas sobre los que se sostiene el poder, callemos con indiferencia las voces disidentes, pongamos tele, futbol, hagamos lugares de entretenimiento donde manadas de seres humanos, gasten, gasten, rían, rían.
Y así las cosas, vamos arañando sus pensamientos, vamos dejándolos en estado vegetativo, prestos para el abordaje, para la esclavitud más lacerante que es la esclavitud del que no lo sabe y se pasea feliz alardeando de una libertad que no le asiste.
Por eso digo, el sistema, hábil siempre en todo tipo de estratagemas, conquista ya desde muy pronto a los jóvenes, les ofrece megaconciertos, les ofrece centros de ocio, les ofrece libros, drogas, evasiones puntuales y costosas donde no pensar, no decir, no detenerse un solo instante para reflexionar que el origen de su desahucio lo crean los de siempre, los que ya sin misterio fabrican los yugos.
De ahí viene que el discurso de los que tienen el poder del mundo en sus manos va dirigido a una sociedad a la que es mejor no permitirle alcanzar la madurez.
Y así las cosas, andamos por el mundo hipnotizados, respondiendo a los mensajes del amo tal y como han diseñado.
Y así las cosas es difìcil agitar los hombros a la sociedad, exigirle que despierte de su letargo.
Como digo, es difícil romper este muro que aísla a los individuos, que los obliga a vivir ajenos de sí mismos, que les impone una forma de vida absurdamente risueña. Terriblemente encadenada.
Pienso que los que estamos en esto de la cultura, los que no somos fabricantes, si no artesanos, los que nos empeñamos en mantener en alto nuestra libertad de decir, de pensar, los que seguimos en esta trinchera palabra a palabra, verso a verso, no podemos rendirnos, debemos seguir hombro con hombro con aquellos que hacen uso de su mayoría de edad, con los que imaginan un mundo de justicia, de alegría.
Tenemos la razón, el corazón, las palabras.
Con ellas todo es posible.

5 comentarios:

  1. Mas allá de Blas de Otero, apropiémonos de, y usemos, la paz y la palabra.

    Besos, Silvia.

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  2. ¡Sensacional! Silvia, ¡sensacional!
    Definitivamente no me arrepiento de leerte y de estar visitando tu blog cada día, pues tus palabras son tan agudas, que fácilmente desnudan esta realidad mentirosa, para que podamos avizorar un futuro lleno de esperanza.

    Abrazos.

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  3. Por suerte, si existe gente como vos, no todos somos menores de edad mentalmente. Felicitaciones, Ana Callegaris.

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  4. Un saludo desde las trincheras, compartiendo tus palabras, razón y corazón

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  5. ...traigo
    sangre
    de
    la
    tarde
    herida
    en
    la
    mano
    y
    una
    vela
    de
    mi
    corazón
    para
    invitarte
    y
    darte
    este
    alma
    que
    viene
    para
    compartir
    contigo
    tu
    bello
    blog
    con
    un
    ramillete
    de
    oro
    y
    claveles
    dentro...


    desde mis
    HORAS ROTAS
    Y AULA DE PAZ


    TE SIGO TU BLOG




    CON saludos de la luna al
    reflejarse en el mar de la
    poesía...


    AFECTUOSAMENTE
    SI VIS PACEM

    ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DEL FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER Y CHOCOLATE.

    José
    Ramón...

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