Con la espalda quebrada,
con las manos como ramas torcidas,
con el hambre arrastrada mientras caminan,
con los niños llorando a sus espaldas,
con las deudas y su asfixia
el mes llega rápido pero no alcanza el salario.
No salen las cuentas,
así vamos al tajo.
Del sol a las estrellas trabajando,
sonámbulos,
cabizbajos,
mendigos de jornada completa,
de media jornada,
sin contrato,
sin derechos,
sin hijos,
sin embarazos.
Migajas de sueldo
a cambio de fatiga,
de zapatos rotos,
de hartazgo.
Así vamos al tajo.
Al campo o a los comercios,
a las fábricas o a los andamios,
a limpiar, a cuidar, o a coser.
Vamos al trabajo
pero no alcanza el sueldo
ni el miedo esclavizante a perderlo.
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