Imagen de La Rata Gris
Contigo aprendí a gastar los silencios.
Aprendí que la soledad es el peor de los caminos
y la palabra la mejor de las alternativas.
Contigo aprendí a mirar pa`lante
a amar a contracielo,
a vivir con este corazón,
sin esconderlo.
Contigo aprendí que no se debe vivir muriendo paso a paso
mientras el combate es cuerpo a cuerpo
mientras alguien, quien sea, cae a cada instante
con las arterias rotas por el hambre o los puñales.
Contigo aprendí a cansar mis labios de tanto, tanto, decir sus nombres.
Aprendí a cruzar la calle,
a escuchar los ayes,
a besar el pan,
a gritar con toda mi sangre.
Contigo aprendí
a ver ríos de niños volviéndose locos,
a ver pueblos errantes,
a ver a sus dioses escondidos de la barbarie.
Contigo aprendí a llorar dulcemente,
a vaciarme de ternura,
a afiliarme a la victoria de los que van a tientas
pero caminan con canciones.
Contigo aprendí a cruzar la noche
sin huellas, sin olfato,
con sólo raciones de esperanza esparcidas como estrellas.
Contigo aprendí a crucificar la indiferencia,
a no llevarla a cuestas,
a ser poeta en medio del ruido
en medio de las vísceras,
en medio de las hogueras,
en mitad de la violencia.
Contigo aprendí.
Que buen maestro o compañero de pupitre, Silvia.
ResponderEliminarAbrazos.
Que bonito...
ResponderEliminarLaRataGris