domingo, 14 de febrero de 2010

Terrorismo I


No están todos los faunos dormidos,
acaso unos pocos, alertados,
disfrazan la noche de vigilia.
No están todos dormidos
ni están sus labios cansados
ni sus sueños dejan de ser deletreados.
No.
Cuando los lobos acechan
cuando aprieta el paso la manada
y una sed roja de siglos
seca los manantiales
rompen los faunos a cantar.

Porque no se pueden despedazar las canciones
como si fueran huesos frágiles.
No se puede evitar que las voces
sean pan y sean peces.
Un puñado de lobos no puede
dejar sin primavera a los cantores.

No todos los faunos están dormidos, no.
No todos parpadean lentamente
hasta quedar deshabitados.
Unos pocos continuan alerta
siempre que los lobos aullen cerca.

jueves, 11 de febrero de 2010

GUERRA III


Mis juegos no fueron de piedra, papel, tijera,
fueron de plomo, de escombros, de calavera.
Y todo el horror de un niño asustado
se derramaba sobre la sangre fresca.
No fue una infancia risueña,
de regalos, de rayuelas, de fiestas,
fue una niñez en tinieblas.
Sin saber por què,
sin saber quien
ni hasta cuando
una tarde mansa y quieta
cerraron la puerta a las primaveras
y nunca màs hubo soleadas tardes de siesta.
#
No es mi vejez de calma, de paseos, de recuerdos,
es de temblores, de gritos, de bombardeos,
y todo el horror de un anciano asustado
se derrama sobre la sangre fresca.
No es una vejez serena,
de descanso, de relatos, de experiencias,
es una vejez en tinieblas,
Sin saber por què,
sin saber quien
ni hasta cuando
una tarde mansa y quieta han cerrado la puerta a las primaveras.
Y nunca màs habrà soleadas tardes de siesta.
Y el insomnio será lo menos malo
de llegar a la vejez para vivir otra guerra.

miércoles, 10 de febrero de 2010

GUERRA II


Matar y callar era mi oficio.
Huir hacia adelante derribando hombres como bestias
Matar para vivir de nuevo otra pelea.
Pero ya mi corazón se convirtió en piedra,
mi sangre dejó de ser sabia nueva en la guerra.
Hoy todo amarillea.
Sucede que hoy soy un hombre
incapaz de ver las primaveras.

lunes, 8 de febrero de 2010

GUERRA I


¿Quién empieza primero?
¿quién desciende primero sin madre y con bandera?
quièn limpia de moho el filo de la espada
para romper otras arterias?

¿Quién señala al enemigo?
¿Quién se para en seco ante el dolor ajeno?
ante el dolor inmenso
ante el dolor entero?
¿Quién, quien?
¿quién inventa la furia
el desastre, la locura?
¿quién vacía al hombre de ternura
y lo atrinchera?
¿quièn convierte en carne cruda corazones?
¿Quién ordena arrancar todas las mañanas de la tierra?
¿quièn?¿quién?, ¿qué dioses, qué patrias, qué colores
deletrean el horror y lo ordeñan?

martes, 2 de febrero de 2010

CARCEL


I


Pago la deuda de mi pobreza
muriendo la muerte lenta de las prisiones.
Quemo la mirada en patios sin horizontes
y acomodo mi poca vida
a un calendario
y alguna visita.

Apenas descanso,
los sueños son la nausea.
Solo cuento los días
como si pudiera asì,
con los dedos,
apresurar su paso,
como si pudiera asì
abrir la puerta
cruzar la noche
y huir,
huir
huir,
huir gritando mi libertad a las estrellas.


II

Llevo el dolor a hombros
soy la madre de un preso.
Pago su pena con mi pena,
su condena es mi condena.
Llevo el dolor a hombros
y lo escondo para que no lo vea.
Aprieto los huesos
cuando de tarde en tarde
veo sus pestañas abrasadas de tanto llorar pa dentro.

Llevo el dolor a hombros,
mi hijo, es un hombre preso,
un ladròn, quizá,
quizá un asesino a sueldo,
pero es mi hijo
y su castigo
es mayor castigo en mi cuerpo.
Llevo el dolor a hombros y nadie parece verlo.



III


No aprendió a vivir fuera de las rejas.
Fue tirando del hombre hecho pedazos
y no pudo derramar su vida màs allà de los muros.
Los recuerdos le devolvían al principio,
al dìa que murió en parte o todo
al dìa que dejó crecer la pena
como crece el musgo entre las piedras.

No aprendió a vivir màs alla de las rejas,
siglos contando los días
a la sombra de los pàjaros
hicieron de èl un ser
extraño a su humanidad
extraño a la humanidad que tan pronto castiga
como bosteza.

domingo, 17 de enero de 2010

Poesìa y desorden

Ocurrió siempre, en todos los reinados hubo artistas complacientes.
Arte masturbatorio que produce un placer inmediato, que no cuestiona, que no altera el orden.
Hoy también ocurre, existen muchos poetas- mercaderes que escriben al dictado y silencian el horror de nuestro tiempo, quizá porque no quieren verlo, quizá porque no quieren asumir el riesgo, quizá porque su corazón anda a trompadas y necesita, para caminar correctamente, halagos y prebendas.
Esos poetas que llenan sus versos de moralejas, de jabón que limpia toda esta sangre, los que se empeñan en enterrar las utopías, la esperanza, los que ignoran esta barbarie cotidiana de las cárceles, de la inmigración, del desempleo, de la violencia en todas sus formas, los que hacen oídos sordos a la censura, a la represión, a la persecución de las ideas, los que callan una y otra vez, cobardes o acomodados, los que cierran los ojos para contar silabas y no ven que cada dìa sentimos más asfixia por el recorte de nuestras libertades, los que no gritan y continúan con el empeño de ordenar sus versos para leerlos bien peinados mientras los patíbulos crecen y crecen los verdugos, los que se muerden la lengua antes de afirmar que la super- explotación del ser humano es demasiado evidente, los convierte inevitablemente en cómplices, en dóciles perros con amo.

Yo propongo otra cosa a los poetas, una poesía de la ética.
Una poesía necesaria, que desafíe, que rete al poder, que no se acobarde.
Una poesía critica, hipercrítica, que esté dispuesta a perder para ganar en decencia.
Propongo que los poetas señalemos incansablemente los crímenes perfectos de nuestro tiempo, propongo que nuestra poesía sea pan y sea queja, sea subversiva, que desordene, que salga a la calle para recoger la amargura de vivir en esta sociedad donde solo vale lo que es rentable.
Debemos limpiar a la poesía de mentiras y dejar que hable en esta tierra zurcida con dolor.
Para que el futuro no diga que todos los poetas fuimos tibios, que babeamos y movimos la cola suplicando el hueso de nuestros amos.

viernes, 15 de enero de 2010

Hay


Hay zurdos con el corazòn a la derecha,
hay poetas que escriben al dictado,
hay pensadores con pocas ideas,
hay polìticos demenciados,
hay enterradores de memoria,
hay legisladores torcidos,
hay demasiado borròn y cuenta nueva.
Hay religiones pordioseras en reinos de cebolla y de miseria,
hay lacayos, charlatanes, bufones y princesas.
Hay demasiados fantasmas,
demasiados hombres de paja,
demasiados impostores como profetas.
Hay canallas, sinverguenzas, criminales, bastardos, cortesanos,
apòstoles que no escuchan el sonido de las muletas.
Hay tanta alma postiza, tanto besamanos, tanto cazurro predicando,
tanta falsa plegaria, tanta dentellada, tanto pelotòn de fieras,
tanto lloròn, tanto chulo, tanto cabròn,
tantos imbèciles con el cràneo deformado
en las iglesias, en los juzgados, en los parlamentos
que cierro los ojos para no verlos arrodillados.
Pero desde lejos se les oye ladrando.